La vacunación para ciudadanos “de primera” es inadmisible. No existe el “roban pero hacen” y no hay forma de ver quién es más o menos corrupto.
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Luis Ángel Molinas
Siempre es el momento para reclamar por un derecho no reconocido para las mujeres desde hace varios años.
Miles y miles de argentinos hacen malabares cada día para poder comer. ¿Hacen falta más acciones de los actores sociales?
Es imposible no sentirse conmovido ante las lágrimas de millones de otros que sí lo vieron jugar, que lo pudieron disfrutar y que hoy aún no pueden creer que se haya muerto.
¿Por qué si la tarea de los maestros es esencial, se los menosprecia tratándolos de pobres, viejos e inútiles?
Es difícil construir una solución con debates del siglo pasado. Y mucho menos con los antivacunas.
Desde la indignación, los temas en agenda se instalan fácilmente. Pero por debajo subyacen conflictos sociales más profundos.
El desencanto con la actuación de la Justicia no puede desencadenar en un país sin estado de derecho.
La pandemia golpeó duramente en la economía argentina, aunque algunos resultaron indemnes. Otra vez.
Horas y horas preocupándonos lo que pasa en la otra punta del continente. Pero pongamos el énfasis en los peligros que tenemos acá cerca.