Murió Ricardo “Chiqui” Pereyra, la voz emblemática del tango argentino
El artista había sufrido un accidente doméstico a principios de diciembre.
El mundo del tango atraviesa horas de profundo dolor. Ricardo Chiqui Pereyra murió este domingo luego de una extensa internación, consecuencia de un accidente doméstico que sufrió a comienzos de diciembre. La triste noticia fue confirmada por su hija Paula a través de un emotivo mensaje publicado en redes sociales durante la madrugada.
“Sabiendo que ya muchos se enteraron, con todo el dolor del mundo debo comunicarles el fallecimiento de El Chiqui. El milagro que no llegó, el pronóstico que era predecible pero aun así no perdíamos la fe”, escribió, dejando al descubierto la angustia de la familia tras semanas de espera y esperanza.
La caída que sufrió el artista en su hogar, al caer de una escalera, marcó el inicio de un duro calvario. Pereyra fue trasladado de urgencia a un centro médico de la Ciudad de Buenos Aires, donde ingresó en estado crítico y con pronóstico reservado. Desde entonces, su evolución fue seguida de cerca por familiares, colegas y admiradores, que acompañaron con mensajes y muestras de afecto.
En los primeros días de internación, la familia intentó llevar tranquilidad en medio de la incertidumbre. “Si bien el cuadro es crítico, no nos queda otra que aguardar mínimo 48 horas donde los médicos irán monitoreando su evolución o involución”, habían comunicado, conscientes de la gravedad del cuadro.
Días después, informaron que el cantor había sido sometido a una intervención quirúrgica y que había logrado superar la operación, aunque el pronóstico continuaba siendo reservado. “Ahora las horas irán variando de información según la evolución”, señalaron entonces. Sin embargo, pese a los esfuerzos médicos y a la fe de sus seres queridos, el desenlace fue inevitable.
Nacido el 26 de junio de 1951 en General Roca, Río Negro, Ricardo Pereyra encontró desde muy joven en la música su refugio y su forma de expresión. Sus primeros pasos artísticos los dio en grupos de folklore de su ciudad natal, hasta que su vida cambió de manera definitiva en 1978, cuando fue seleccionado como una de las nuevas voces del tango.
Ese año llegó a Buenos Aires para participar del histórico programa Grandes Valores del Tango. Su talento fue tan contundente que los directivos decidieron retirarlo de la competencia y sumarlo directamente como artista profesional. Desde entonces, integró el elenco estable del ciclo hasta 1992, convirtiéndose en una de las voces más reconocidas del género.
Más tarde, también formó parte de Botica de Tango, otro clásico de la televisión argentina, donde dejó su impronta hasta 1988. Su timbre particular, su calidez interpretativa y su respeto por la tradición lo transformaron en un referente indiscutido del tango.
A lo largo de su carrera, Chiqui Pereyra recibió numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Santos Vega al mejor intérprete masculino de tango en 2007. Su arte trascendió fronteras y lo llevó a presentarse en escenarios de España, Estados Unidos, Chile y distintos puntos del país, donde siempre fue recibido con admiración y cariño.
El fallecimiento de Ricardo “Chiqui” Pereyra deja un vacío profundo en la cultura nacional. Mientras familiares, amigos y seguidores lo despiden con dolor, su voz y su legado permanecerán vivos como parte esencial de la historia del tango argentino.
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