Es un joven que vio la golpiza desde la misma vereda. En la cuarta jornada, se prevé una docena de testimonios. Entre ellos, la joven que intentó hacerle RCP a la víctima.

Este jueves se prevé una docena de testimonios en el proceso que se le sigue a ocho rugbiers por el asesinato ocurrido en 2020 en Villa Gesell.

Una mujer los increpó luego de pasar dos horas junto a los acusados del crimen de Fernando Báez Sosa. Todos bajaron la cabeza e intentaron cubrirse los rostros.

El abogado se mostró indignado con la actitud de los imputados en plena audiencia por el atroz crimen del joven en Villa Gesell, ocurrido en enero de hace tres años.

Maximiliano Rosso Suárez fue quien le hizo maniobras de resucitación y llamó a la asistencia.

"Lo que hicieron no tiene perdón. Mi hijo se merece Justicia", dijo la mamá del joven asesinado por los rugbiers en Villa Gesell en enero de 2020.

"No pudo aguantar el llanto", dijo Paula Bernini, cronista de TN, explicando la reacción del padre de uno de los acusados ante la repetición de las imágenes de la golpiza mortal de la que participó su hijo.

Alejandro “Chiqui” Muñoz, que trabajaba en el boliche de Villa Gesell, complicó a Máximo Thomsen y a Matías Benicelli; se abrazó con la mamá de la víctima y lloraron ambos.

Luciano Bonamaison, amigo de la víctima, sostuvo que fueron emboscados por los rugbiers. "Nos rodearon entre 7 u 8", dijo. Otro testigo afirmó que Ayrton Viollaz arengó el ataque.

El joven remero es el primero en testificar en la tercera audiencia y apuntó contra Lucas Pertossi: "Una vez me enteré que hablo mal de mí, dijo que yo le parecía un tonto".