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Todo tiene un final, todo termina… Chocobar condenado

El viernes, Luis Chocobar fue condenado. Les explicaré por qué.

Este viernes, el Tribunal Oral de Menores N°2, condenó al policía Luis Chocobar a la pena de dos años de prisión en suspenso y cinco años de inhabilitación para ocupar cargos públicos, por el delito de homicidio agravado en exceso del cumplimiento del deber. Les explicaré porqué y de qué es culpable.

Usted se preguntará ¿por qué condenaron a Chocobar, por matar, a un precoz e inmanejable delincuente juvenil, que le había dado once puñaladas a un turista para robarle la máquina de fotos? Varias veces me referí a este caso en esta columna de opinión, y siempre dije lo mismo: debía ser condenado. Y así fue. 

Podríamos decir que terminó con la vida de un impresentable, y seguramente no nos equivoquemos, pero la Justicia jamás podría convalidar semejante acto. Por más que los abogados de Chocobar digan lo contrario, esto es un homicidio porque mató por la espalda a una persona que se alejaba del lugar. Con el primer disparo, el malviviente estaba prácticamente reducido y el segundo disparo estuvo de más, y este evento es lo que termina por condenar al policía, que fue utilizado políticamente por el espacio político del macrismo. Tanto que a la salida del juicio, se fundió en un intenso y ensayado abrazo con la cultora de la mano dura y procedimientos no tan legales, y de lengua filosa Pato Bullrich. Una buena puesta en escena. 

Dirán lo que dirán, pero les adelanto que la Cámara de Casación Penal ratificará la condena. 

¿Qué será de la vida de Chocobar sin trabajo? No lo sé. Pero sí espero que la parte de la política que lo utilizó, le consiga un empleo que le permita vivir. Matar a alguien por la espalda es un homicidio. Las tres religiones monoteístas condenan el matar, la ley también lo hace, con lo cual sobreviene una condena, y así se hizo. No se enojen conmigo, pero el fallo es justo y el uso político es el síntoma de una clase política que, a falta de propuestas sobre cómo terminar con la inseguridad, quiere imponer la idea que las cosas se resuelven matando delincuentes. En ningún lugar del mundo esta idea terminó con la delincuencia, por el contrario, en general mueren más inocentes.

Chocobar, a través de su defensa, intentó decir, que el delincuente se dio vuelta para atacarlo. Eso no sucedió. Con una teatralización mediante, de muy buena producción y puesta en escena (lo que muestra recursos económicos y, por cierto, muchos). Eso sin contar lo pagado en importantes honorarios a sus abogados, uno Luis Cevasco, el exFiscal General de la Ciudad de Buenos Aires y exjuez de instrucción en la causa Jimena Hernández,  vinculado a Cambiemos, mi amigo Fernando Soto, exDirector de normas y capacitación del Ministerio de seguridad de Patricia Bullrich. Mire si no usaron al pobre Chocobar… 

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