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Nahir Galarza pide a gritos ayuda: la justicia y la familia deben actuar antes que sea tarde

Por José Luis Ferrari. Creo necesario y, con carácter de urgente, que la joven debe ser tratada por profesionales.

Jamás imagine escribir sobre el mismo personaje en tan corto lapso de tiempo. Esta semana conocimos la noticia (el rumor) de que Nahir Galarza estaba embarazada. Luego de consultar con su abogado, quien desconocía la cuestión (como otras tantas cosas que le pasan a la joven), las autoridades del penal donde se encuentra detenida, desmentían la información.

Su “familia” decía no conocer la versión. No me sorprendió porque no solían saber casi ninguna de las circunstancias de la vida de Nahir. Su “familia” nunca supo que le pasaba. Tan poco sabían que su hija mató Fernando Pastorizo con el arma reglamentaria que estaba en su casa.

Todos los días veo padres ausentes que no saben qué les pasa a sus hijos y la verdad es que no se requiere de mucha ciencia. Solamente es observar su comportamiento habitual, conocer lo que están transitando, alegrías o tristezas.

Claro que es más fácil desentenderse. Los padres ausentes traen hijos con problemas. Eso me dijo mi madre siendo muy chico. Estoy seguro que, en aquellos tiempos, el mundo era igual de peligroso como lo es ahora.

Dando un rápido golpe de vista, todo lo que conocemos de Nahir hasta el presente, en detención, no es nada más, ni nada menos, que llamados de atención. Los que suelen dar los chicos cada vez que reclaman contención familiar. Esa contención que casi con seguridad nunca tuvo la joven Nahir.

Hoy como ayer, reclama atención. Su “familia” no sabe o no puede o no quiere dársela. El servicio penitenciario, tal vez, no tenga los recursos humanos para tratarla. La justicia no la oye y mucho menos la ve. De algo sí estoy seguro y no nos debemos sorprender si ocurre: la joven puede decidir terminar con su vida. Ya dio muchas señales. Espero que después no se lamenten de algo que podían haber prevenido y de lo que todavía están a tiempo de hacer.

Creo necesario y, con carácter de urgente, que la joven debe ser tratada por profesionales. Estos deben ayudarla a encauzar su vida y darle lo que su familia no supo: AMOR.

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