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Mariela Blanco

armenonville

¿Cómo se “matcheaba” un siglo antes de Tinder?

La historia también tiene un costado escandaloso por más que a algunas cuestiones de dudosa moral se las quiera esconder debajo de la alfombra de terciopelo. Por eso, les proponemos a viajar en el tiempo para espiar dos elegantes salones porteños del 1900 ya demolidos. Vamos a recordar un festejo de Año Nuevo memorable y a desenmascarar flirteos y trampas dentro de aquel jetset que usaba gomina.

plaza mayor

Patrimonio gastronómico, el sabor de la herencia cultural

Una recorrida por las clásicas confiterías y restós porteños nos acerca a las recetas llegadas en barco desde el Viejo Continente y que, con el tiempo, se fueron convirtiendo en los sabores de nuestra cultura. El itinerario de hoy incluye tres locales de gran valor arquitectónico que supieron recrear la mesa navideña y la tradición familiar. Pasen y compartan (la nota y el Pan Dulce también). Hay para todos.

Templos

Una “rateada” por la Buenos Aires colonial para escapar de la rutina

Ya se puede visitar un túnel jesuita del siglo XVIII  dentro de la construcción más antigua de la ciudad: la iglesia San Ignacio de Loyola, ubicada en Bolívar al 200, junto al Colegio Nacional y dentro de la histórica Manzana de las Luces. La recorrida de este nuevo tramo permite vivenciar aquellas “rateadas” descritas en “Juvenilia”, conectarse con el frío y el silencio de las entrañas de Buenos Aires en contraste con el verano y el bullicio del exterior.

javier cortese

Javier Cortese: “Buenos Aires me mata”

El guía turístico Javier Cortese asegura amar la ciudad y a su vez confiesa: “Buenos Aires me mata”, parafraseando la película protagonizada por Imanol Arias, Fernán Mirás, Eleonora Wexler y Nancy Dupláa. Probablemente, no se equivoque. Los que saben aseguran que esa mezcla de belleza y caos es el distintivo inequívoco de la capital de la República Argentina. Pero se lo preguntamos a él, que conoce como nadie a la “Buenos Aires secreta”.