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¿Sorprende que las personas busquen amor en la inteligencia artificial?

Comienza siendo búsqueda de compañía, de presencia para personas que se sienten solas. ¿Y qué sucede? Bueno, sucede que pueden dialogar durante horas, que encuentran algo disponible siempre, que luego de preguntar "¿cómo te sentís?" les dicen que están ahí para ellos, con atención, cariño y sin juicios.

No, no sorprende. En todo caso, nos toca revisar nuestro mundo actual modelo siglo 21: vida digitalizada, paradigmas deshumanizados, crueldad y violencia abrumadoras, imperativos de consumo de lo que sea (incluyendo vínculos), de inmediatez, de ganar plata fácil y rápido, de un creciente aislamiento y soledad porque los otros quedaron puestos en el lugar de estorbo para el desarrollo personal.

Siglo 21: trabajar trabajar trabajar, vida comandada por redes sociales y multitasking, no sea cosa que pierdas tiempo. 

¡Prohibido perder! Si perdés algo, la prenda es que automáticamente te ponen la cola de "perdedor", y alpiste, fuiste.

Si este es el escenario mundial ¿cómo no va a triunfar la soledad, la falta de tiempo para el otro, para un encuentro amoroso con una posible pareja y hasta con amigos?
La palabra "pareja" se transformó en algo vergonzante para quien tiene el atrevimiento de pronunciarla. "Ah, es una tóxica" diagnostican los obedientes a la matrix cuando alguien esboza una demanda de amor.

En las aplicaciones de citas abunda la frase "relación sin compromiso", así como personas-máquinas que dejan de responder, que desaparecen.

Entonces, y volviendo al título del texto ¿sorprende la búsqueda de amor en la IA?
En realidad comienza siendo búsqueda de compañía, de presencia para personas que se sienten solas. ¿Y qué sucede? Bueno, sucede que pueden dialogar durante horas, que encuentran algo disponible siempre, que luego de preguntar "¿cómo te sentís?" les dicen que están ahí para ellos, con atención, cariño y sin juicios. 

Algo que los aconseja, que les dedica canciones y les dice "me importa lo que estás sintiendo". Siempre positivo (como manda la matrix), disponible, que manda emojis y dice "te amo".

Una cuestión resulta central a la hora de comprender la búsqueda de compañía y amor en la IA: ella responde siempre. No siente, no ama, no sufre ni se emociona, pero responde siempre. Está ahí, a la espera y disponible. No dice "no puedo", "estoy con mucho laburo ¿me bancás hasta el fin de semana?".

Frente a una humanidad robotizada, sin tiempo ni disponibilidad para los otros porque se comió el versito de que puede ser y salvarse en soledad, la IA vino a dar una solución.

Ay ay ay, tendremos que ir despertándonos, porque sino, y lo digo en el lenguaje que maneja la IA para que me confiese "te amo", ¡estamos fritos!

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