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Secuestro exprés en Ramos Mejía

La mujer permaneció cautiva durante varios minutos, primero en su propio auto y luego en el vehículo de los delincuentes, hasta que los ladrones decidieron dejarla en libertad tras haberle robado dinero, su alianza y las tarjetas de débito.

Una mujer fue asaltada y privada de la libertad mientras la banda de delincuentes que la mantenía cautiva intentaba sacar dinero de cajeros automáticos, aunque finalmente los ladrones la liberaron cuando se dieron cuenta que la Policía había llegado a la casa de la víctima.

La mujer permaneció cautiva durante varios minutos, primero en su propio auto y luego en el vehículo de los delincuentes, hasta que los ladrones decidieron dejarla en libertad tras haberle robado dinero, su alianza y las tarjetas de débito.

Según relató, en un momento los ladrones la obligaron a llamar por teléfono a su casa, porque querían ir a la vivienda a robar, pero atendió su hija llorando y le dijo que allí estaba la Policía, lo cual hizo a los delincuentes cambiar de parecer y liberarla.

El episodio, según contó esta mañana la propia víctima, Mariel Dantuono, se produjo anoche en el barrio Don Bosco de la localidad de Ramos Mejía, en la zona oeste del Gran Buenos Aires.

Según el relato de Dantuono, todo comenzó cuando llegaba a su casa a bordo de su vehículo, y fue interceptada "de golpe" por tres delincuentes que se movilizaban en un auto.

"Enseguida se bajaron dos, que estaban armados, y me apuntaron. Ahí se metieron en el auto, me sacaron la alianza y plata. Después, como a las 10 cuadras, me pasaron al otro auto", señaló Mariel en declaraciones al canal de cable TN.

Luego, relató: "Me obligaban a estar agachada, para que no les ciera las caras. Iba en el asiento de atrás, con uno de ellos que me apuntaba. Me decían todo el tiempo que querían plata, que el auto me lo iban a devolver. Solamente les interesaba la plata".

"Yo les dí las dos tarjetas y las claves para que fueran al cajero. Quería que todo terminara rápido. Pero me decían que después iban a ir a mi casa. Ahí me hicieron llamar por el celular y atendió mi nena", contó Mariel.

Ese llamado hizo cambiar los planes de los delincuentes, ya que la hija de la víctima le contó que estaba la Policía, porque un vecino había advertido la situación y le había avisado al marido de Mariel.

"Cuando mi nena atendió le pregunté si estaba papá, y ella con toda su inocencia me dijo que estaba la abuela y la Policía en la puerta. Estaba puesto el altavoz en el celular, así que ellos (por los delincuentes) escucharon todo y ahí dijeron: `está la gorra, no podemos ir a la casa. La cana nos está buscando`", relató la víctima del asalto.