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La muerte de un político está al caer 

El Ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, fue golpeado por choferes de la línea 620 cuando llegó al piquete que realizaban colectiveros y amigos de Daniel Barrientos, el conductor asesinado en la madrugada por delincuentes en un robo. Los ataques a los políticos evidencian el hartazgo del pueblo con la clase dirigente. No dudo que un muerto está al caer.



El episodio, uno de los tantos que se suceden y repiten en el AMBA, son los robos a quienes salen a trabajar temprano. El de Virrey del Pino derivó en la muerte del conductor de la unidad. Éste fue, sintéticamente, el hecho que desencadenó la crisis política. Sergio Berni se hizo lugar en el presente donde protestaban los choferes de los colectivos. El Ministro  no es precisamente de los que se esconden da, la cara SIEMPRE.

Algo se percibe en el aire y luego del frustrado, por suerte, magnicidio a Cristina Kirchner, el ambiente está cada vez más raro. Esto sumado a la incontrolable inflación y una inseguridad que hace imposible vivir de manera civilizada, fue el caldo de cultivo ideal para que la gente visibilice su hartazgo de la clase política. La furia de los trabajadores se manifestó contra el Ministro. No dudo que la próxima reacción puede derivar en un muerto, lo cual demuestra el fracaso rotundo de la democracia. Desde 1983 para acá lo único que crece son los pobres, la inflación y la inseguridad. Con lo cual el común de la gente se pregunta si vale la pena la democracia y entonces aparecen los salvadores o iluminados que tienen la solución para TODO. 

No me refiero a Milei. Él sólo es un producto de moda, que difícilmente tenga mayores responsabilidades que las de ser diputado. El alerta está sobre el sistema democrático, en Argentina. NADIE manda, cada cual hace lo que le parece y quiere, y en este sentido, todos somos culpables. Las sociedades más desarrolladas de seguro encontrarían  una salida. 

Aquí todo es muy confuso y las reacciones siempre son desmedidas y violentas. A su paso quedan las victimas en el camino, el hartazgo llegó a su máxima expresión y es con los gobernantes de cualquier signo político. El ataque a Berni no fue ideado por la oposición, fue la reacción a la impotencia de la gente de a pie, que vieron como un trabajador próximo a jubilarse perdía la vida en un robo al voleo, donde los ladrones roban lo celulares para ir a cambiarlo por droga, en una villa cercana. El resto es relato.

Si no tomamos con seriedad lo que pasa, lamentaremos un político muerto, que será la manifestación máxima del CAOS en el que vivimos desde hace muchisimo tiempo.

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