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El Noba al fin bajó

Pese a la furia y congoja de sus seguidores por la noticia, que confirmó lo que ya se sabía hace tiempo, el ídolo barrial había muerto producto de un severo traumatismo de cráneo, casi desde el mismo día del accidente. ¿Culpables? La imprudencia y temeridad del propio artista que, en una moto de competición, “salió a ventilarse”, y no encontró mejor manera que haciendo Willy por las calles de su barrio, Florencio Varela.


Se llamaba Lautaro Coronel y antes que lo alumbrara la fama con la Cumbia 420 había trabajado de albañil, como su padre y su hermano y hacia changas de delivery. Murió a los 25 años. 

Para ilustrarlos, los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte en menores de 35 años. ¿Las causas? Imprudencia, exceso de velocidad, alcohol, drogas y otras tantas cosas. El malogrado músico iba a alta velocidad y sin casco, hasta que impacto con automóvil conducido por un jubilado que quedo en shock con el accidente y aún así prestó asistencia al músico herido. El impacto fue tan violento que voló, por lo aires y dio su cabeza contra el asfalto.  Si se hubiera salvado con el casco, no lo sabemos, pero de seguro hubiera mitigado el impacto. Los vecinos contaban que habitualmente se manejaba a alta velocidad y no usaba casco. La consecuencia lógica fue la muerte.

Qué paradoja fue la vida de este joven, horas antes del accidente, fue a buscar a su amada hija al colegio, fueron al shopping, luego pasaron a buscar al padre del músico para ver el terreno donde haría la casa para su hija. Todo eso fue lo último que hizo el Noba. Se sentía realizado con la compra del terreno pero antes de eso y producto de sus presentaciones se había hecho propietario de una importante camioneta y varias motocicletas. No llegó a construir la casa y ese anhelo quedará trunco de momento por lo agitada de su vida y su temeraria manera de conducir.

Esta muerte es una más de las tantas que se producen a diario en la Argentina, donde según los índices de siniestralidad, batimos todos los récords de imprudencia.

Si a alguien incomoda esta crónica los invito a ver la filmación del accidente, IMPRUDENCIA EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN. Usted se preguntará de donde salió el nombre con el cual se lo conocía: El Noba, según sus propias palabras, “no bajo, ni con pasta”. Todo dicho, bajo el efecto de drogas, no bajaba. Espero estas líneas hagan reflexionar a quienes a diario andan corriendo en moto y sin casco, la muerte espera en cualquier esquina.  Y como corolario, El Noba al fin pudo bajar…

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