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El Gobierno celebró el pedido de los Estados Unidos para la liberación de las patentes de las vacunas contra el covid-19

El mayor interrogante es si la Casa Blanca logrará convencer a las grandes compañías farmacéuticas de dar este paso. La posición de los laboratorios.

Tras el firme posicionamiento del presidente estadounidense Joe Biden a favor de liberar las patentes de las vacunas contra el COVID-19, el mundo se pregunta si esta posibilidad, en caso de concretarse, podría dar paso a una equitativa y masiva producción y distribución de inmunizantes a corto plazo en el marco de la lucha contra la pandemia.

Por caso, durante la tarde del miércoles Alberto Fernández festejó la iniciativa. “Celebro que el gobierno de @JoeBiden apoye la suspensión de las patentes de las vacunas contra el covid-19. Las vacunas no se han distribuido de forma equitativa en un mundo en el que ganan unos pocos y pierden millones. Todos y todas deben poder acceder a la salud”, tuiteó el mandatario. Y agregó: “Reitero nuestro compromiso con promover un sistema efectivo de concesión de licencias que reconozca las patentes, pero que garantice la oferta global de vacunas”.

Esta suspensión de los derechos exclusivos de los productores de las vacunas contra el coronavirus permitiría transferir las licencias o suspender los alcances de la propiedad intelectual de las vacunas para que cada país pueda elaborar sus propios inmunizantes.

Pero no es tan fácil como suena. Para ello deberían tener primero la capacidad de producción de vacunas, que muy pocos países cuentan en la actualidad. O, como alternativa, acordar con distintos laboratorios la producción masiva de inmunizantes para poder vacunar a su población en forma rápida y segura.

Antes deberían cumplirse algunos pasos. Más allá de la presión norteamericana, esta liberación de patentes deberá contar con la anuencia de las grandes compañías farmacéuticas que invirtieron millonarios recursos para elaborar sus vacunas contra el COVID-19 en tiempo récord.

Y en ese contexto, estas compañías multinacionales suelen tener infinidad de accionistas a los que deben rendir cuentas, lo que haría más complicado un acuerdo inmediato.

Una salida podría ser conceder licencias o, como propone Biden y la Organización Mundial de la Salud (OMS), renunciar a derechos de protección intelectual. El debate recién comienza.

El rechazo de los laboratorios

Sin embargo, la primera reacción del mundo de los laboratorios fue negativa. La Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (IFPMA) calificó la decisión de Estados Unidos de apoyar un levantamiento temporal de las patentes de las vacunas como “decepcionante”.

”Estamos completamente de acuerdo con el objetivo de que las vacunas anticovid-19 se repartan rápidamente y de forma equitativa en el mundo. Pero como hemos dicho constantemente, una suspensión es la respuesta sencilla pero incorrecta a un problema complejo”, afirmó el grupo de presión farmacéutico.

En un comunicado, la entidad dijo que ”suspender las patentes no aumentará la producción ni proporcionará las soluciones prácticas que necesitamos para combatir esta crisis sanitaria mundial”.

Y advirtió que este levantamiento podría “causar perturbaciones, distraer en vez de abordar los desafíos reales para poder aumentar la producción y la distribución de vacunas anticovid en todo el mundo”.

En ese sentido, dijo que la lucha debe apuntar a “eliminar las barreras comerciales, resolver los problemas de cuello de botella en las cadenas de suministro y la escasez de materias primas e ingredientes“, así como propender a que los países ricos comiencen “a compartir sus dosis con los países pobres”.

Se estima que las naciones desarrolladas han acaparado más del 80% de las vacunas disponibles en el mundo.

Qué son las patentes

Las patentes son nada más y nada menos que derechos de explotación exclusiva de un determinado producto, en este caso del mundo de la medicina. Su objetivo apunta a proteger e incentivar al mismo tiempo la innovación científica, tecnológica o industrial.

En el sector médico las patentes abarcan las vacunas y medicamentos y también algunas herramientas utilizadas en el campo quirúrgico.

El mecanismo COVAX

Más allá del posicionamiento estadounidense, respaldado por el gobierno argentino, varios países, como Francia y otros europeos, prefieren inclinarse más por fomentar la colaboración internacional a fin de democratizar el acceso a las vacunas.

En ese marco, la OMS creó el llamado mecanismo COVAX que busca un acceso más igualitario de la distribución de los inmunizantes con donativos de dosis a los países más comprometidos.

Se trata, en la práctica, de una iniciativa mundial integrada por más de un centenar de países y destinada a colaborar con los fabricantes de vacunas de modo que las naciones de menos ingresos tengan un acceso equitativo a vacunas seguras y eficaces.

Argentina ya recibió a fines de marzo las primeras 218 mil dosis de vacunas de AstraZeneca/Oxford, fabricadas por SK Bioscience de Corea del Sur. Estas vacunas forman parte de una primera etapa de asignación de dosis en el marco del mecanismo COVAX. Se espera que el país reciba 1,9 millones de sueros en el primer semestre.

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