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VIDEO - La polémica columna del escritor Federico Andahazi en la que sugiere "tirar a Cristina del tren"

El intelectual sugirió arrojar a la ex presidente de un tren en movimiento. ¿Se extralimitó esta vez?

"En medio de este plan para sacarse de encima a Cristina, de acuerdo con la experiencia trágica de Scioli, una vez más será el séptimo arte el que explique la cambiante realidad nacional". Con esas palabras, el escritor y columnista radial Federico Andahazi comenzó la edición del lunes de su polémica sección "El sátiro olítico", que forma parte del programa de Alfreudo Leuco en Radio Mitre.
En ella, el intelectual sugirió "tirar a Cristina del tren". ¿Se extralimitó esta vez?

La columna
El peronismo no sabe qué hacer con Cristina; le teme y la odia, pero la necesita. Sin embargo, muchos peronistas parecen haber tomado nota de la trágica experiencia de Scioli. El ex gobernador de la Provincia de Buenos Aires no pudo, no supo o no quiso independizarse de la Sra. de Kirchner a tiempo. Y así le fue.

Como una madre despótica, Cristina humilló a su hijastro adoptivo cada vez que tuvo oportunidad. Néstor, aquel padrastro cruel, no desaprovechó una sola oportunidad para vejarlo públicamente. Scioli, sumiso, siempre le ofreció el otro glúteo ante cada sonora nalgada. En un cuadro de sadismo político sin antecedentes, el ex presidente, apuntándolo con el índice, lo instó en un acto multitudinario a que dijera «quién le tenía las manos atadas» para combatir la inseguridad en la provincia de Buenos Aires. Como en las escenas de pornografía disciplinaria, el mandatario provincial, maniatado y de rodillas ante su agresor, sólo atinó a agachar la cabeza. Esos actos de sadoperonismo explícito tenían una razón: Scioli sabía que Cristina era la dueña de los votos, la caja y el poder. Creyó que esa relación de fuerzas no le permitía prescindir de sus dictados. Fueron muchos quienes le aconsejaron a Scioli saltar del tren a tiempo, empezando por Gustavo Marangoni, ex presidente del Banco Provincia.

El por entonces gobernador, hizo varios amagues, pero cada vez que miraba hacia abajo y veía las piedras junto a las vías padecía el vértigo y prefería quedarse en el vagón del kirchnerismo con la ilusión de que, en algún momento, le ofrecieran conducir la locomotora. Pero Cristina jamás cedió el mando de los controles. Ni siquiera cedió el mando, aún cuando fue derrotada por Mauricio Macri: ni la banda presidencial ni el control del peronismo.

Habida cuenta del ejemplo de Daniel Scioli, el peronismo descubrió -tarde- que, aunque Cristina sea la candidata que podría reunir la mayor cantidad de votos, esos votos jamás alcanzarían para llevar el peronismo a la victoria. Al contrario; saben que hoy Cristina candidata garantiza una derrota igual o mayor que la que sufrió contra el ignoto Esteban Bullrich.

Ahora los principales dirigentes del peronismo, incluidos muchos de sus más estrechos colaboradores preparan un plan en silencio: empujar a Cristina del tren. Y que parezca un accidente. El plan surgió en el Congreso, mientras se cocinaba la ley para retrotraer la tarifas y forzar al gobierno al veto presidencial. El llamado "peronismo racional" (así llamado porque que pudo reponerse de la psicosis kirchnerista y consiguió el alta psiaquiátrica) y la fuerza de Sergio Massa (otro ex-irracional recuperado) ya están confeccionando las listas de candidatos para 2019. Mientras muchos se distraían pidiendo un pacto de la Moncloa, el peronismo ya estaba traicionando a sus mismos compañeros. O, más precisamente, a su más poderosa compañera.

Las caras visibles del contubernio son Sergio Massa y Miguel Pichetto. Pero apenas un paso más atrás, aparecen los civilizados Juan Manuel Urtubey y Florencio Randazzo. Participan también del plan Diego Bossio y Graciela Camaño. No faltan gobernadores como Juan Schiaretti y Carlos Verna. Y alfiles clave en el Congreso como; Pichetto y Carlos Caserio en el Senado. Tan avanzado está el plan que, mientras aún resuenan los pedidos de un acuerdo entre el gobierno y la oposición, el peronismo se cortó solo y hasta tiene su propio equipo económico encabezado por Miguel Peirano, Marco Lavagna y Diego Bossio.

Se habla, incluso, de una fórmula: Lavagna presidente, Pichetto vice.

En medio de este plan para sacarse de encima a Cristina, de acuerdo con la experiencia trágica de Scioli, una vez más será el séptimo arte el que explique la cambiante realidad nacional. En 1988 se estrenó "Tira a mamá del tren", una comedia dirigida y protagonizada por Danny DeVito. Nuestra versión se titula "Tira a Cristina del tren" y el director y protagonista es Danny Sciolito.

En la versión original, Danny DeVito es un estudiante solitario sometido por una madre despótica. En la nuestra, Danny es un hombre Sciolitario, quien, por culpa de su madre, que le espantaba las novias y los amigos, se queda completamente Scioli. En la versión original, la madre de Danny es una anciana horrible y una dictadora con rasgos sádicos. En la nuestra es todo lo contrario: una dictadora sádica y una anciana horrible. En la película americana Danny y su profesor hacen un pacto: Danny le ofrece a su docente asesinar a su ex-esposa, que le hace la vida imposible, y el profesor, por su parte, se encargará de asesinar a la madre de Danny Sciolito.

El profesor de literatura, que además es escritor, cree que la propuesta de Danny no es más que una broma, una suerte de idea literaria... hasta que Danny, en efecto, asesina a su ex esposa. De manera que, para no quedar implicado en el homicidio, el profesor debe cumplir con su parte del trato y asesinar a la madre de Danny. Obviamente, la tarea no resultará sencilla.

Hacia el final, descubrimos que quienes resultan arrojados del tren son aquellos mismos que pedían ese pacto impracticable, mientras Danny Sciolito, el profesor, la madre despótica y todos los sicarios y testaferros siguen adelante, manejando el tren en una carrera loca hacia la decadencia irracional como lo vienen haciendo desde hace setenta años.