Recoleta con perfume a historia: secretos de la Residencia Llobet
Los invitamos a conocer una residencia de principios del 1900, concebida como vivienda de lujo para una familia de la “high society”. Hoy funciona como tienda de fragancias de autor. Con ustedes, la Residencia Llobet.
En plena Avenida Alvear, entre boutiques de alta costura y palacetes que susurran glorias pasadas, una mansión centenaria se reinventa sin perder su alma. Es la Residencia Llobet.
Concebida a principios del siglo XX para una familia de la alta sociedad porteña, esta joya arquitectónica fue diseñada por el ingeniero y arquitecto Arturo Prins entre 1904 y 1906, cuando el art nouveau europeo comenzaba a dejar su huella en Buenos Aires.
La encargó José Miguel Llobet, diplomático distinguido que supo representar a la Argentina ante el Vaticano, en tiempos del Papa Pío XII, y también en Francia, como Cónsul General. En 1894 se casó con Susana María del Pilar Casares Martínez de Hoz, pero la pareja no tuvo descendencia. Tal vez por eso, la casa terminó cambiando de manos con el tiempo.
En 2003, la casona vivió un inesperado “giro fashion”: se convirtió en la sede central de Polo Ralph Lauren en Buenos Aires. Los fanáticos de la marca aún la recuerdan, impecable, vestida de elegancia americana.
Después vino el silencio. Una década entera como vivienda cerrada, hasta que una restauración minuciosa -de esas que merecen aplauso lento- logró devolverle su esplendor original. Se buscó incluso el tono exacto de su fachada, se restauraron materiales nobles, y se mantuvieron intactos detalles como la escalera de mármol, el espejo y el hogar original.
Hoy, la Residencia Llobet huele a perfume. En sentido literal, ya que funciona como tienda de fragancias de autor, con líneas exclusivas traídas de distintos rincones del mundo. Un templo para los sentidos que combina memoria, estilo y sofisticación.
Queda en Avenida Alvear 1780, Recoleta.
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