La Ciudad desde el cielo: el mirador del Obelisco transforma la vista de Buenos Aires
Por décadas, el Obelisco fue testigo de la historia y los sueños porteños. Hoy, por fin, abre su corazón al cielo y nos invita a mirar la ciudad desde sus ojos. Con un nuevo mirador en la cima, Buenos Aires revela su alma desde las alturas.
El Obelisco, esa aguja de piedra que apunta al cielo como un suspiro detenido, ha decidido abrir los ojos. Durante casi nueve décadas fue el centinela mudo de Buenos Aires, testigo imperturbable de sus pasos, sus festejos y sus dolores. Pero ahora, como si despertara de un largo sueño, nos invita a mirar desde lo alto. Nos deja entrar. Nos ofrece su altura.
Por dentro, un ascensor silencioso nos lleva hacia su corazón elevado. Trepa en un minuto hasta lo más alto de su espíritu, y allí, en la cima, cuatro ventanas se abren como párpados. A través de ellas, la ciudad se despliega con una belleza inédita. Todo lo que creíamos conocer se vuelve nuevo. Las avenidas laten como venas, los edificios saludan desde sus cúpulas, los árboles trazan líneas verdes sobre el asfalto. Es Buenos Aires, pero vista desde su punto más íntimo y secreto.
El interior del monumento fue transformado con cuidado, casi con devoción. Nada fue tocado sin respeto. Las paredes antiguas se adaptaron a la modernidad sin perder su nobleza, como si el Obelisco comprendiera que hay momentos en que debe renovarse para seguir siendo eterno.
Y así, por fin, el símbolo se vuelve experiencia. Ya no es solo una figura para admirar desde abajo, sino un lugar desde el que la ciudad se deja contemplar, tierna y vulnerable, como si se despojara de su traje urbano para mostrarnos su verdadera alma.
El subsecretario de Paisaje Urbano, Juan Vacas, contó en detalle a Infoveloz cómo fue el proceso de obra para convertir la punta del Obelisco en un espacio accesible con una vista privilegiada de Buenos Aires: "Esto va a ser importante para los vecinos y para el turismo".
En la apertura, estuvo presente el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, acompañado por su esposa, la periodista María Belén Ludueña.
Macri señaló que “este gran proyecto de ingeniería revaloriza uno de los símbolos porteños. El mirador panorámico es un nuevo atractivo turístico que cambiará la manera de ver nuestra Ciudad y su patrimonio, como en las grandes metrópolis del mundo”.
En la oportunidad, lo acompañaron la Vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio; el ministro de Espacio Público, Ignacio Baistrocchi y el Presidente del Ente de Turismo de la Ciudad, Valentín Díaz Gilligan.
Durante mayo, mes de su aniversario, las visitas serán gratuitas. Es un gesto generoso, un regalo compartido con los vecinos que lo han acompañado en todos sus silencios. Y será también un umbral para quienes lleguen desde lejos, porque subirse al Obelisco es, ahora, una forma de abrazar a Buenos Aires desde el aire.
Como si necesitáramos una excusa más para amarla.
Dejá tu comentario