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Que la “Emergencia Alimentaria” no se convierta en un slogan de campaña

Por Silvia Saravia. Se promulgó la ley y no se tuvo en cuenta la emergencia láctea, ni la provisión de alimentos frescos desde las huertas comunitarias.

Hace pocos días, se promulgó la Ley de Emergencia Alimentaria. Tratada "a las apuradas" y por presión de los datos publicados sobre pobreza e indigencia, las movilizaciones de las organizaciones, y las formas cuidadas que cierta dirigencia asume en épocas electorales, esta prórroga es insuficiente.

No se tuvieron en cuenta la emergencia láctea, ni la provisión de alimentos frescos desde las huertas comunitarias, ni el mapeo necesario para que las estadísticas dejen paso a las personas de carne y hueso, a las familias que atraviesan hoy esta situación tan crítica.

Este lunes el candidato más votado en las PASO, Alberto Fernández, presentó su programa "Argentina contra el hambre". Y enumeró una serie de propuestas hacia una "política de estado".

La experiencia nos enseña a observar con desconfianza los anuncios de campaña. Más aún si la convicción del candidato se funda en que leyó un libro recientemente, o un empresario productor de semillas transgénicas y agrotóxicos le aporta la primera propuesta. La malnutrición y la pobreza no son novedades, lamentablemente. Son consecuencias de empresarios sin escrúpulos y de modelos económicos que enriquecen a unos pocos. Son una deuda de nuestra democracia.

Las organizaciones sociales no solo nos movilizarnos y denunciamos públicamente, con acampes y movilizaciones, los resultados de las decisiones de la dirigencia responsable de las diferentes gestiones de gobierno. Estamos cotidianamente donde el estado no llega, y donde se sufre en serio.

El relevamiento que realizamos desde Barrios de Pie junto al Instituto de Investigación Social Política y Económica Ciudadana (ISEPCi), de la Situación Nutricional de quienes asisten hoy a nuestros comedores y merenderos, nos muestra un panorama demoledor. Cito algunas conclusiones. "El relevamiento semestral de 2019 de talla y peso que midió 25 mil niñxs y adolescentes de 0 a 19 años en barrios populares de 14 provincias del país, muestra que un 43,34% está en condiciones de malnutrición. Entre los niñxs de 0 a 2 años la malnutrición llega al 29,46%, y la baja talla alcanza un alarmante 20,69%."*

Nos alerta también que, si no se generan dispositivos permanentes de participación y compromiso activo de la comunidad para el monitoreo, evaluación, capacitación y acompañamiento cercano a las familias, y un control participativo y transparente de los recursos que se asignen, finalmente la necesidad de muchos y muchas termine en negocio para unos pocos. Los mismos de siempre.

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