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Prevenir y alertar por la triquinosis

Se acerca el invierno y, con las heladas, mucha gente del campo aprovecha para realizar los carneos. Es por ello que resulta oportuna la medida adoptada por las comunas de Santa Rosa y de Junín, que han montado laboratorios para controlar el estado sanitario de los cerdos y evitar la triquinosis.

La triquinosis es una enfermedad transmitida por la carne de algún cerdo que, en un momento dado, se alimentó de una rata. Por ese motivo es que se considera fundamental que el animal no se alimente o viva entre la basura.

En Mendoza se trataba de una enfermedad que había sido controlada, a punto tal que el último caso se había registrado en 2007, cuando una familia de Barriales cayó enferma por haber consumido carne de un cerdo que había sido alimentado en un basural. Sin embargo, el año pasado los casos se multiplicaron y llegaron a 219, con focos en los departamentos de Maipú, General Alvear, Luján, Godoy Cruz y especialmente en Rivadavia, en este último caso con 129 afectados.

De acuerdo con la información suministrada por las propias autoridades oficiales, en la gran mayoría de los casos se trató de gente que había adquirido los cerdos en un criadero clandestino de Godoy Cruz, con un origen común, lo que motivó que se adoptaran medidas urgentes para enfrentar el problema.

Por un lado, se procedió a realizar un alerta a la población, a los efectos de que eviten adquirir o consumir carne de cerdo que no provenga de la cadena de comercialización legal, mientras paralelamente se procedió a erradicar totalmente el criadero, sacrificando a los animales enfermos y potencialmente contagiados. También se efectuó un seguimiento exhaustivo de las personas afectadas a los efectos de establecer el origen del problema y actuar en consecuencia.

Ante esa situación, las autoridades departamentales de Junín procedieron a instalar un laboratorio destinado al análisis de la carne faenada, con la idea de prevenir nuevos casos de triquinosis.

Este año, quienes adoptaron una decisión similar fueron las autoridades de Santa Rosa. Según los funcionarios, en ese departamento los carneos hogareños superan los 500 al año, los que hasta esta momento se realizaban sin ningún tipo de control. Según indicaron, los especialistas de la comuna pueden concurrir a los domicilios para efectuar los análisis, los que demandarán un tiempo menor de cuatro horas para otorgar la autorización al consumo.

Las medidas adoptadas por esos municipios rurales resultan fundamentales, en razón de que los carneos constituyen una práctica habitual en esos lugares mientras también resulta común la venta por fuera de las cadenas de distribución legales. La decisión también resulta oportuna, en razón de que la gente de las zonas rurales suele aprovechar las heladas para realizar los carneos.

Las medidas adoptadas por las comunas de Junín y de Santa Rosa deberían ser imitadas por el resto de los municipios rurales, mientras por otro lado debería iniciarse una suficiente campaña de concientización entre la población no sólo de esos lugares alejados sino del resto de la población en el sentido de que no consuman carne que no cuenta con la necesaria habilitación sanitaria. Paralelamente, las propias comunas deberían efectuar un estudio a los efectos de evitar los criaderos clandestinos que, como sucedió el año pasado, son los generadores del problema en razón de que suelen concentrarse en basurales.

Con los suficientes controles, con una campaña de concientización y con la tarea que han dispuesto las comunas para realizar los controles, es muy factible que Mendoza recupere aquella seguridad que mantuvo durante tres años sin casos de triquinosis y que se rompió el año pasado afectando a más de dos centenares de personas, aunque afortunadamente sin casos fatales.