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Nuevo rumbo, otro destino: una Argentina productiva

Por José Ignacio De Mendiguren. Lo que tenemos que discutir de ahora en más es el modelo de país que va a terminar con ese endeudamiento crónico.

En un contexto de crisis y con las variables de la economía en caída libre, el Gobierno deambula por la realidad a caballo de la negación. El presupuesto 2020, la incertidumbre financiera y la destrucción del tejido productivo confluyen en una misma incapacidad: malos diagnósticos para peores recetas. Con un modelo agotado y sin capacidad de reacción, es tiempo de encontrar soluciones integrales para la Argentina que viene. Construir un país para todos.

La administración Cambiemos diseñó un combo dramático de desaciertos económicos cuya única obsesión fatal fue corregir el déficit fiscal con el ajuste como herramienta única. El resultado fue justamente todo lo contrario a lo prometido: suba del riesgo país, crecimiento exponencial de la tasa de interés, cimbronazos devaluatorios, pérdida de empleo, cierre masivo de pymes  y ausencia total de inversiones. 

Y como corolario de gestión, un endeudamiento crónico que nos pone frente al peligro de la insolvencia.  El eufemismo del “reperfilamiento” es una muestra más del desaguisado que el gobierno de Macri perpetró; Cambiemos no puede pagar la deuda que bajo su propia lógica contrajo. A todas luces, el epílogo de un modelo agotado desde su génesis.

Lo que tenemos que discutir de ahora en más es el modelo de país que va a terminar con ese endeudamiento crónico. Ese  modelo no puede ser otro que el de una Argentina productiva. Para ello, es necesario un plan económico coordinado, con una visión integral de las variables críticas y que esté enfocado en la agregación de valor. 

El puente de oro para conseguir ese objetivo es la constitución y consolidación de un  Consejo Económico y Social. Un espacio institucional en donde todos los sectores debatamos y confeccionemos una estrategia de país para lo que viene. Fijar políticas y metas concretas, ritmos y prioridades que enfrenten los problemas de fondo de la economía argentina con todos los actores sociales representados. 

El proyecto de país productivo debe, como primera misión, reencausar el rumbo hacia el crecimiento. La Argentina que Macri deja luego de cuatro años tiene un PBI por habitante 8,5% menor al que recibió. Para revertirlo, todos los actores sociales debemos definir una estrategia que nos permita reiniciar los motores de la economía productiva.

Salir al encuentro del destino de desarrollo que queremos es una decisión política.  Poner a la Argentina de pie será una tarea posible si construimos una alianza con la producción, el empleo y la inversión. Hay un país para todos en el futuro, es hora de empezar a construirlo.

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