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La fama no da impunidad, pibe

El nuevo fenómeno del momento de apagón cultural es Elián Valenzuela, más conocido como L-Gante. Archiconocido y tocado por la varita y el ojo de Cristina Fernández, se transformó en un objeto de consumo y como era de esperar, comenzaron sus problemas judiciales.


El problema con L-Gante empezó así: los vecinos lo denunciaron por abuso de armas y amenazas. 

Una vecina concretamente lo vio cuando efectúa un par de disparos al piso, sacando chapa de guapo. Hecho que el “artista” niega y su abogado ensaya alguna excusa peor, “la causa es muy técnica”. La cuestión es sencilla, pudo haber negado el hecho, pero no por indicación de su abogado, se negó a declarar. 
Si no pasó nada, como dicen Elián y su abogado y todo esto se debe a que algunos traviesos le quieren sacar plata, miren qué coincidencia en el relato que el abogado del artista es el mismo que reclama por una de las víctimas de Fabián Gianola, causa la cual analicé en un par de notas de editorial.

Circulan videos donde se ve a Valenzuela, muy agresivo participando de un incidente en el barrio, y no tratando de pacificar. Por el contrario. La fiscal del caso conoce los hechos y lo acusa de abuso de armas y amenazas. Tanto que tiene una vaina de proyectil que un vecino aporto a la investigación. Algunos indican que el bailantero le fue a reclamar a un joven del barrio por que quiso robar en su casa.
 
La Justicia según indicación de los testigos es que quiso amedrentar al otro sujeto, y no fue a denunciar como correspondía. Se ordenaron allanamientos donde vive y no se encontró el arma. Mientras tanto en las redes, el nuevo famoso se quejaba que le rompieron la puerta y que la policía parecía que buscaba al Chapo Guzmán. 

El viernes, para colmo de males, cuando estaba citado a declarar fue con una decena de guardaespaldas, muy inflados y con caras de pocos amigos. “El artista”, en rueda de prensa vestido de negro y con unas llamativas y ostentosas cadenas de oro 14 quilates al cuello y muñecas (al mejor estilo Mario Barakus), se reía de la causa y de la Justicia. 

Por el momento, el único imputado es el "artista". Es que en el episodio que se sucedió tuvo lugar en la plaza del barrio del célebre nuevo famoso. Allí mismo, fue donde emprendió el poco amigable reclamo contra el presunto ladrón y comenzó a agredirlo. Cuando la cuestión se le puso fea, sacó el arma y disparó al piso. 

Como si fuera poco, del hecho también participó la amorosa y frágil novia de Elián, que agredió a la prima del vecino del problema. 

Por eso el título de esta columna. Pará pibe, antes que sea demasiado tarde. Lástima que teniendo apellido Valenzuela, no haya copiado algo del inolvidable Ritchie Valens…

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