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¿La culpa es del chancho o del que le da de correr?

Las imágenes de plazas colmadas de personas preocupan. ¿De quién es la mayor responsabilidad?

Resulta paradójico que mientras aumentan la cantidad de casos de coronavirus en la Ciudad de Buenos Aires se genere tanta aglomeración de personas en plazas y parques, sin el más mínimo distanciamiento social aunque estén al aire libre.

A la hora de encontrar responsabilidades, es difícil repartir culpas. ¿Estuvo mal el Gobierno porteño, el cuidado propio que tenga cada uno de los que salieron a correr o es algo que debemos esperar como “nueva normalidad”?

Si apuntamos a las autoridades, algo más podrían haber hecho para evitar que tanta gente se amontone en los lugares públicos. Una salida ordenada, ya sea por número de terminación del documento o con horarios permitidos más amplios, más la idea de poder agregar más espacios para hacer actividad física, ya que es demasiado limitado el espacio verde en la Ciudad, podrían haber evitado esas imágenes lamentables del lunes. Imágenes similares a cuando miles de jubilados se agolparon y pasaron toda la noche afuera de los bancos para cobrar, y que le costó el puesto al titular de la ANSES.

Si miramos por otro lado, es esperable que después de tantos días de encierro en departamentos las personas salgan -como si se hubiese abierto una tranquera- a trotar, caminar o tan solo tomar un poco de aire. Pero nos surge una duda que ya se nos había planteado en otras fases de la cuarentena: ¿podemos confiar en la responsabilidad de cada persona para evitar el contagio del covid-19?

La respuesta es sí, porque los que generalmente no cumplen con las normas y recomendaciones son los de menos. Pero esos pocos son demasiados para poder generar brotes en familias, vecinos y cercanos. Como casos testigos ya tenemos el babyshower de Necochea y el mate compartido en Colón (Entre Ríos). Entonces, si ves que hay miles de personas en la plaza en el mismo momento en el que vos te estás acercando, ¿no es mejor dar la vuelta, volver a tu casa y salir al otro día? Ahí ya pesa la responsabilidad de cada uno.

Es por todo esto que deben repensarse bien las acciones que se llevan adelante para poder soportar un poco más la cuarentena. Y va más allá de disputas políticas entre la provincia de Buenos Aires y la Ciudad para ver quién flexibiliza más y quién menos. Más cuando existe un terreno como el área metropolitana por el cual transitan millones de personas por día, cruzando la frontera entre ambos territorios de un lado a otro. Las acciones en todo el AMBA deberían estar mejor coordinadas y ser casi paralelas, por no decir idénticas.

Después de más de tres meses conviviendo con el coronavirus, ya no debería ser necesario remarcar que frenar el contagio depende tanto de los gobiernos como de nuestra capacidad para hacer caso a las recomendaciones, sin abusar de los permisos que se nos dan. Todavía lo peor no pasó, y tenemos que estar atentos. Todavía hay que pasar el invierno.

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