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La crisis del cómic erótico en Argentina: el mundo oculto ante el prejuicio social

El cómic erótico siempre tuvo su mercado mucho más complicado debido a los prejuicios que hay sobre el tema "pornográfico".

La industria del cómic en Argentina nunca fue muy exitosa. Desde la caída del "boom" en los años 80, la venta disminuyó cada vez más como consecuencia de la apertura de importaciones en donde ingresaron cómics europeos y estadounidenses. Sin embargo, el cómic erótico siempre tuvo su mercado mucho más complicado debido a los prejuicios que hay sobre el tema "pornográfico". Esta situación obliga a los autores del género a elegir entre: ocultar su talento para poder conseguir otros empleos o, vender sus productos a empresas extranjeras donde son bien recibidas.
 
 

Brian Miroglio es un trabajador como cualquier otro, realiza pedidos por encargo, tiene que cumplir con las fechas de entrega, y sobre todo estar en constante actividad para poder ganarse la vida. Sin embargo, se enfrenta con una problemática con la que no todo empleado cuenta: el prejuicio social.

Brian es ilustrador de cómic erótico hace más de 15 años. A pesar de que pudo publicar sus trabajos en algunas revistas nacionales, como Revista Hombre y Playboy, la mayor parte de sus obras son vendidas al exterior, ya que el género erótico es una industria que, en Argentina decayó luego del "boom" de los años ochenta y, nunca más volvió a resurgir en el país.

 

Si analizamos la situación de la historieta erótica en Argentina a partir de los 90's hasta la actualidad ,tenemos que tener en cuenta tres ejes que son fundamentales: los condicionamientos socioeconómicos al desarrollo de la industria de historieta argentina y la importación de productos , el consecuente decaimiento o cierre de los lugares fundamentales en la industria historietista nacional (Editorial Columba y Revista Fierro) y, por último, el surgimiento de nuevos espacios con las nuevas tecnologías pero, también es importante hablar de un cuarto factor existente dentro del género erótico: el prejuicio social que cataloga al género como algo mal visto, como si fuera algo "prohibido".

"Si yo hubiese nacido en los 80 seguramente hubiese tenido oportunidades laborales en Argentina", dijo el artista. Brian no sólo se ve obligado a vender sus productos al exterior (EE.UU, Alemania, España y Francia) sino que también tuvo que recurrir a la utilización de seudónimos en sus obras para poder acceder a otros empleos sin sufrir el "rechazo" de las empresas. "En La Revista Recreo (infantil), si yo no firmaba con mi nombre y no se enteraban estaba todo bien, en otro trabajo me pasó que yo hacía una historia de robots y cuando se enteraron que hacía erótico empezaron a sospechar de toda pose que dibujaba aunque no tuviese nada que ver... como que ya se persiguen con eso", comentó.



El mundo del cómic erótico no es un nicho pequeño como muchos creen, por el contrario, son muchos los autores que realizan estos trabajos pero al enfrentarse con el mismo problema de la mirada social "acusadora" sobre la temática del erotismo explícito, se ven obligados a recurrir al uso de seudónimos para no "manchar" sus nombres o, directamente evitar el género.

"El género de por sí nunca fue tomado muy enserio, acá tuvo su buen momento en los ochenta y su inicio de caída en los noventa. En los ochenta quedó demostrado que el tema podía utilizarse para hablar de temas serios más allá del erotismo",comentó Deivid, guionista de cómic.

"En españa yo trabaja en Kiss Comic hasta que dejó de salir porque las librerías dejaron de exhibirlo porque era "erótico". Hoy en día la única forma de conseguirlo es por Internet, pero todo internacional. Si bien hay autores Argentinos que realizan estas obras acá no se vende, es todo afuera", finalizó el guionista.



El cómic erótico nació como un fenómeno contracultural en 1940 como una forma de crítica social que se reía de las normas y de la censura. Su intención era provocar, parodiar y divertir. Con el tiempo se ha transformado en género con carácter propio, donde se siguen rompiendo tabúes pero lo artístico y lo sugerente, supera siempre a lo vulgar.

Como en cualquier manifestación artística, este género también tiene su élite de artistas reconocidos y consagrados por su manera de impactar con sus obras. El cómic erótico no es un seguido de ilustraciones para adolescentes con las hormonas a tope. Si no que se trata de historias sofisticadas que elevan la imaginación del lector.

Por ejemplo, las obras de Carlos Trillo y Altuna en "El Loco Chávez" para la última página del diario Clarín. La tira fue creciendo en el interés de los lectores, no solo porque la acción se trasladaba a las calles porteñas y a escenarios familiares sino también por las mujeres que dibujaba Altuna entre las que sobresale "Pampita", la novia del protagonista.

"Hasta los 80's todavía se publicaba a Altuna en la revista Sex Humor de La Urraca. Después, otro de los puntos claves en el declive del cómic es cuando, en 1988 llega Akira a occidente, empieza el boom del anime que fue un punto de inflexión en el mercado. De repente todas las producciones eran "animarescas", inclusive lo erótico", comentó Germán, dueño de la comiquería "Sector 2814" de Capital Federal.

Así es como autores como Lucas Varela,Trillo, Altuna, Gustavo Sala, Marinero Turco, Mosquito y muchos más tuvieron que irse a trabajar a Italia o Francia para poder seguir con sus empleos.

"En la época de la Lazer, una revista de información sobre anime , supercampeones, toda esa movida, lo que pasaba era que los que querían trabajar en cómics o historietas no tenían donde editar, nadie los financiaba porque sabían que la gente ya no se interesaba en comprar esos contenidos", dijo Germán y agregó, "entonces tenían que irse a Francia, España o Italia que siempre nos tuvieron bien vistos gracias a Trillo u otros autores que ganaron varios premios allá".

En cuanto al tema de los autores que recurren al uso de seudónimos más allá del problema de mercado, Germán afirma que la sociedad argentina está "muy dividida" con todo. "Parte de ese prejuicio lo tiene la historieta misma, el problema es que de por sí, la gente suele considerar los cómics como algo "para chicos" por ende una temática como la erótica suele estar mal visto", finalizó.

Por María Belén Satulovsky