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La Confitería La Ideal se prepara para el regreso

Un cartel en la puerta, la tradicional confitería de Suipacha y Corrientes advierte al transeúnte desde 2017 que: “La Ideal no cerró” sino que “hizo una pausa para su puesta en valor”. Esa pausa se extendió más de lo previsto con una impensada pandemia de por medio pero, para alegría de miles de vecinos y extranjeros, se prevé que las obras se concluyan en unos seis meses y se la habilite en aproximadamente en un año.


El arquitecto especializado en proyectos gastronómicos, Alejandro Pereiro, volvió a abrirle las puertas a esta cronista después de tres  años para conversar sobre el avance de la obra de la confitería que tuvo en sus mesas, entre otros, a Jorge Luis Borges, Luis Sandrini, Yoko Ono y Charlie Watts, fallecido baterista de los Rolling Stones.

La vuelta de este ícono de la belle époque busca darle una segunda oportunidad a este  notable que funciona desde 1912  y  que fuera diseñado por el ingeniero C. F. González por pedido de su fundador Don Manuel Rosendo Fernández, un comerciante oriundo de Galicia.

¿Volverán a hacer las palmeritas que le gustaban al presidente Hipólito Yrigoyen?¿Y el tango? ¿Y el lunch que Perón hacía llevar hasta Casa de Gobierno? ¿Tendrá el packaging la clásica insignia de La Ideal?

La ideal

Lo que sabemos es que verdaderos artistas están llevando adelante un trabajo serio y minucioso para devolverle al lugar la fastuosidad de hace más de un siglo. Para ello, se han hecho lecturas de muros y pruebas de laboratorio para dar con los colores originales de maderas y estucos.

El ingreso

Las vitrinas son las otras joyas. Fueron hechas especialmente para La Ideal. “Tienen la característica flor de lis que es un símbolo francés  que se ha universalizado”, cuenta el arquitecto, y comenta que retiraron un poco la  vitrina y el portal para una mejor circulación.

“Hay que andar mucho por Europa para ver estas vitrinas”, añade, y adelanta lo que todos queremos saber: “Seguramente acá habrá souvenirs y mesas para tomar café. El consumo será el original. Volverá a ser confitería y restaurante. El  tango tendrá una rememoración, claramente”.

Además, se está trabajando en el uniforme del personal y ya se dispuso un cuarto donde las planchadoras los entregarán listos para ser  usados.

La Cúpula

Con la pasión de quien pone el alma en una obra, Pereiro describe el trabajo realizado en cada rincón hasta llegar a la cúpula y precisa que los vitrales los restauró María Paula Farina Ruiz, la misma especialista en Conservación que está trabajando en la marquesina de  la Confitería Del Molino.
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“María Paula es la única no francesa diplomada en Chartres”, destaca con orgullo y señala para arriba: “no es común tener una cúpula que no es entera sino que está unida por un cañón corrido que es cartapesta”. Agustina Speron lideró la recuperación de la Cartapesta, los dorados a la hoja y el especial trabajo en la madera.
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La cartapesta que menciona Pereiro se hace con yeso de dentista, marmolina, colas naturales e hilo sisal. Para cualquier desprevenido puede parecer hierro. “Nadie acierta”, me confiesa.


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“Los paneles se hicieron a partir de un molde de silicona y luego se doró a la  hoja. Tiene una originalidad que no vamos a ver en otro lado”, agrega.

El arquitecto no se equivoca. La cúpula es de cañón corrido y  el trabajo que vemos es algo único en la ciudad. Tiene vitrales con formas semiesféricas en los extremos de la bóveda.

Behind the scenes

El mismo esmero se puso en pensar la funcionalidad del lugar. El detrás de escena es un mundo aparte. Allí todo es nuevo. En la zona de cocción de pan y facturas hay enormes hornos panaderos, cámaras de lácteos, cámaras de congelados. Todo es imponente, blanco y acero cual quirófano.

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“Esto no es una conservación inmovilista hay gente que confunde restaurar con inmovilizar. Si no se es capaz de encontrarle el uso adecuado a los tiempos, esto pasa a ser una  pieza muerta. La idea es restaurarla, devolverle el esplendor, pero incorporarle tecnología de modo que responda al hombre de hoy porque acá no va venir gente con frac y galera”,  resume.

Eso sí. En zapatillas y preguntando por la clave de wifi, allí afuera hay un nuevo público esperando la vuelta de este clásico porteño.  

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