La CGT endurece su postura frente a la reforma laboral, pero espera el texto final del Gobierno

La discusión por la reforma laboral volvió a tensarse entre el Gobierno y la Confederación General del Trabajo en la previa del debate parlamentario que se abrirá este mes. En la conducción de la central sindical admiten que el clima interno se recalentó, que el rechazo “crece” y que el nivel de endurecimiento “se profundizó”, aunque por ahora se mantiene la prudencia y no habrá definiciones formales hasta conocer el texto final.

Un dirigente de la mesa chica sintetizó el escenario actual al señalar que solo están previstas reuniones con diputados y referentes políticos mientras se espera la presentación del proyecto, anunciada para el martes 9. La CGT sostiene su estrategia de “juntar músculo” político mientras la presión interna empuja hacia una postura más confrontativa.

Según confirmaron fuentes oficiales, la Casa Rosada ya terminó la redacción final del proyecto. El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, delineó un paquete amplio de modificaciones que incluye la ultraactividad de los convenios, su funcionamiento interno, normas de financiamiento sindical y empresario, cambios en las regulaciones colectivas e individuales y un nuevo esquema para trabajadores autónomos.

El Gobierno aspira a que el Senado trate la iniciativa entre el 10 y el 31 de diciembre, antes de una breve pausa legislativa en enero. Con el Presupuesto como prioridad, la apuesta oficialista es avanzar en un verano parlamentario cargado de temas sensibles.

En la CGT admiten que las áreas técnicas analizaron borradores que circularon informalmente y concluyeron que la propuesta es “regresiva”. El nuevo triunvirato busca equilibrar la presión interna con la necesidad de sostener canales de diálogo con el Gobierno. Cristian Jerónimo, cosecretario general y titular del Sindicato del Vidrio, afirmó que la central no acompañará ninguna reforma que considere regresiva y cuestionó la “falta de voluntad” oficial para abrir una instancia de negociación.

Mientras tanto, desde la CGT rechazan la idea de haber cerrado una postura sin conocer el texto definitivo y aseguran que la información que manejan surgió de estudios jurídicos del sector empresarial. Según su análisis, los puntos que se filtraron van “a contramano” de la posibilidad de generar empleo formal, en un contexto marcado por el cierre de empresas, la pérdida de puestos de trabajo y la recesión industrial.

La conducción mantiene reuniones con diputados sindicales, gobernadores peronistas y empresarios pymes para reforzar su estructura política de cara al debate legislativo. En Azopardo aseguran que el Gobierno busca instalar un temario amplio para diluir resistencias, pero que la central está enfocada en evitar que se desvíe la discusión de los puntos esenciales.