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La CGT advirtió al Gobierno por “provocaciones innecesarias” y pidió garantías para la movilización

A un día de la marcha contra la reforma laboral, la central obrera expresó su preocupación por declaraciones de funcionarios nacionales y reclamó que se garantice la integridad física y la libertad de los manifestantes. Aseguró que la protesta será pacífica y alertó por posibles hechos de violencia.


La Confederación General del Trabajo (CGT) expresó este martes su “preocupación por declaraciones de funcionarios del Gobierno Nacional” que calificó como “provocaciones innecesarias” hacia los trabajadores que se movilizarán este jueves a la Plaza de Mayo en rechazo a la reforma laboral impulsada por el Poder Ejecutivo.

En un comunicado difundido en la previa de la protesta, la central obrera afirmó que la movilización se desarrollará “de manera pacífica, organizada y responsable”, y exigió al Gobierno que “garantice la integridad física y la libertad de quienes participen”.

Además, reclamó que las autoridades “se abstengan de promover discursos estigmatizantes o intimidatorios”, al advertir que ese tipo de expresiones “profundizan la confrontación y ponen en riesgo la paz social”.

En el texto, la CGT recordó que “el derecho a manifestarse libremente es una garantía constitucional y democrática que debe ser respetada y resguardada por las autoridades públicas”, y subrayó que los trabajadores marcharán “portando las banderas de la paz y los derechos laborales”.

“La protesta social no es un delito, sino una herramienta legítima de expresión colectiva frente a políticas que afectan derechos fundamentales, el empleo, la producción y la justicia social”, sostuvo la central sindical. En ese sentido, remarcó que el movimiento obrero ejercerá este derecho “en el marco de la ley, con compromiso democrático y responsabilidad social”.

El pronunciamiento se da en un contexto de fuerte tensión política y sindical. Según anticipan en la CGT, la movilización podría reunir a unas 150 mil personas en la Plaza de Mayo, como demostración de fuerza frente al avance del proyecto oficial en el Congreso.

Sin embargo, uno de los principales temores de la dirigencia sindical es la posibilidad de incidentes. La preocupación se intensificó luego de que la sede del Sindicato de Empleados del Vidrio (SEIVARA), que conduce Cristian Jerónimo —uno de los cotitulares de la CGT—, fuera vandalizada en las últimas horas en la ciudad de Buenos Aires.

Desde la central obrera interpretaron ese ataque como una posible señal intimidatoria en medio del debate por la reforma laboral. Por ese motivo, resolvieron reforzar el dispositivo de seguridad en la zona de la movilización para evitar disturbios y detectar eventuales infiltrados que puedan generar violencia y afectar el desarrollo de la protesta.

También existe inquietud por posibles cruces entre las columnas sindicales y agrupaciones de izquierda, que participarán de la marcha para rechazar la reforma y reclamar un paro nacional contra el proyecto del Gobierno.

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