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Hallaron la cancha Highfield, el mayor misterio del origen del fútbol argentino

Tras una investigación de cinco años, el periodista Marcelo Benini y Ricardo Mase, integrante del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF), lograron localizar el sitio exacto donde funcionó Highfield, una de las canchas más antiguas y enigmáticas del fútbol argentino. El predio estuvo activo entre 1877 y 1891 y ocupaba un amplio terreno delimitado por las actuales avenidas Cabildo y Olleros, y las calles Gorostiaga y 11 de Septiembre.

Highfield era el único de los seis campos utilizados en el primer campeonato oficial organizado por la Argentine Association Football League, en 1891, cuya ubicación exacta se desconocía.

Allí Belgrano FC disputó cuatro partidos oficiales antes de que el terreno desapareciera sin dejar rastro tras la finalización del torneo.

El campo fue mencionado reiteradamente por la prensa británica de la época bajo el nombre “Highfield”, en referencia a su cercanía con la Quinta Highfield, residencia del embajador británico Francis Pakenham entre 1886 y 1889.

Sin embargo, el nombre no figuraba en mapas ni documentos oficiales, lo que dificultó durante décadas su localización.

El avance decisivo de la investigación permitió identificar el terreno con el denominado Prado General Belgrano, una cancha utilizada también para rugby, cricket y béisbol, que aparecía en planos topográficos de fines del siglo XIX.

El predio, de casi diez hectáreas, pertenecía a Lisandro Billinghurst, quien cedió parte del terreno al Buenos Aires Football Club para el desarrollo de actividades deportivas de la comunidad británica.

El fraccionamiento y posterior subasta del terreno, culminada el 15 de agosto de 1891, selló la desaparición definitiva de la cancha. Desde entonces, Highfield quedó reducida a menciones vagas en crónicas deportivas, hasta que el cruce de cientos de recortes periodísticos, avisos publicitarios y planos permitió reconstruir su ubicación exacta.

El hallazgo resuelve uno de los mayores enigmas del origen del fútbol argentino y recupera un capítulo clave de la historia deportiva de Buenos Aires. 

Así, Highfield deja de ser una referencia difusa en crónicas del siglo XIX para ocupar un lugar preciso en el mapa de la ciudad y en la historia fundacional del fútbol argentino

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