El primer bebé con dos padres
Por Bárbara Cabo. Como consecuencia de la inscripción del primer bebé del mundo legalmente con dos padres, decidí dar mi opinión al respecto. Entrá a la nota y dejanos tu comentario.
Bárbara Cabo
@BarbiCabo
bcabo@diarioveloz.com
Los últimos años de la Argentina han sido importantes en lo que respecta a los derechos de quienes tienen una sexualidad diferente. Parece increíble que ya haya pasado tanto tiempo desde el día en que se aprobó la ley de matrimonio igualitario, hecho que para muchos fue un gran avance mientras que para otros un enorme retroceso. Lo cierto es que desde que se comenzó a aplicar, resulta natural ver gente del mismo sexo caminando de la mano, besándose y abrazándose públicamente, con mucha mayor frecuencia y naturalidad que antes. Debo admitir que en mi caso me mostré totalmente a favor de esta regulación y me puso muy contenta por aquellos a quienes conozco y quiero, quienes obviamente deseaban regularizar legalmente su situación de pareja e igualar sus derechos en el mismo sentido que lo poseen matrimonios formados por personas heterosexuales.
Sin embargo sería muy hipócrita de mi parte decir que así como me puso feliz dicha aprobación, no me inquietó el tema de la paternidad (o maternidad según el caso) de matrimonios formados por personas de un mismo sexo.
De allí que en el día de ayer cuando una pareja de hombres inscribió a su hijo en un Registro Civil por primera vez en la Argentina, sentí una sensación ambigua. Por un lado me provocó mucha felicidad por ellos, quienes realmente se veían llenos de amor para con Tobías, el pequeño de tres semanas que nació en India y por otro lado pensé indudablemente en el futuro de ese bebé, porque si bien el país ha hecho un crecimiento en cuanto a la aceptación de lo que piensa o elige el otro, creo que un tema tan serio como este no ha tenido el gran debate en Argentina como de hecho lo tuvo en su momento el tema del matrimonio igualitario.
Mas allá de cualquier pensamiento, a favor o en contra, entiendo que hay ciertas cosas sobre las cuales los debates deben de llevar tiempo, expertos que opinen sobre el tema y luego legislación específica plasmada en leyes o en el o los códigos de leyes pertinentes. No me gusta taparme los ojos y pensar alegremente que la vida de Tobías no va a ser más difícil por ser hijo de dos hombres. Me hubiera gustado por lo menos que existiera sobre la mesa una cantidad de elementos suficientes para que cada argentino viera despejadas la mayor cantidad de dudas posibles al respecto, lo que de hecho no ha ocurrido. Esto no quita que estos dos hombres puedan llegar a ser magníficos padres, seguramente mejor que muchas parejas heterosexuales, pero lo cierto es que ni siquiera tengo en claro si la sociedad argentina se encuentra preparada para un paso tan significativo.
Es justo que dos personas adultas decidan qué quieren hacer con sus vidas. Pero también me parece justo que antes de reglar derechos tan livianamente, que los mismos sean debatidos por expertos y que dicho debate sea conocido por el pueblo con la mayor amplitud. Me parece justo oír opiniones. Me parece justo que las mayores dudas sean despejadas. Luego de ello, si la sociedad argentina tiene esclarecida la cuestión, entonces bienvenidos sean los derechos. De cualquiera y para cualquiera.
@BarbiCabo
bcabo@diarioveloz.com
Los últimos años de la Argentina han sido importantes en lo que respecta a los derechos de quienes tienen una sexualidad diferente. Parece increíble que ya haya pasado tanto tiempo desde el día en que se aprobó la ley de matrimonio igualitario, hecho que para muchos fue un gran avance mientras que para otros un enorme retroceso. Lo cierto es que desde que se comenzó a aplicar, resulta natural ver gente del mismo sexo caminando de la mano, besándose y abrazándose públicamente, con mucha mayor frecuencia y naturalidad que antes. Debo admitir que en mi caso me mostré totalmente a favor de esta regulación y me puso muy contenta por aquellos a quienes conozco y quiero, quienes obviamente deseaban regularizar legalmente su situación de pareja e igualar sus derechos en el mismo sentido que lo poseen matrimonios formados por personas heterosexuales.
Sin embargo sería muy hipócrita de mi parte decir que así como me puso feliz dicha aprobación, no me inquietó el tema de la paternidad (o maternidad según el caso) de matrimonios formados por personas de un mismo sexo.
De allí que en el día de ayer cuando una pareja de hombres inscribió a su hijo en un Registro Civil por primera vez en la Argentina, sentí una sensación ambigua. Por un lado me provocó mucha felicidad por ellos, quienes realmente se veían llenos de amor para con Tobías, el pequeño de tres semanas que nació en India y por otro lado pensé indudablemente en el futuro de ese bebé, porque si bien el país ha hecho un crecimiento en cuanto a la aceptación de lo que piensa o elige el otro, creo que un tema tan serio como este no ha tenido el gran debate en Argentina como de hecho lo tuvo en su momento el tema del matrimonio igualitario.
Mas allá de cualquier pensamiento, a favor o en contra, entiendo que hay ciertas cosas sobre las cuales los debates deben de llevar tiempo, expertos que opinen sobre el tema y luego legislación específica plasmada en leyes o en el o los códigos de leyes pertinentes. No me gusta taparme los ojos y pensar alegremente que la vida de Tobías no va a ser más difícil por ser hijo de dos hombres. Me hubiera gustado por lo menos que existiera sobre la mesa una cantidad de elementos suficientes para que cada argentino viera despejadas la mayor cantidad de dudas posibles al respecto, lo que de hecho no ha ocurrido. Esto no quita que estos dos hombres puedan llegar a ser magníficos padres, seguramente mejor que muchas parejas heterosexuales, pero lo cierto es que ni siquiera tengo en claro si la sociedad argentina se encuentra preparada para un paso tan significativo.
Es justo que dos personas adultas decidan qué quieren hacer con sus vidas. Pero también me parece justo que antes de reglar derechos tan livianamente, que los mismos sean debatidos por expertos y que dicho debate sea conocido por el pueblo con la mayor amplitud. Me parece justo oír opiniones. Me parece justo que las mayores dudas sean despejadas. Luego de ello, si la sociedad argentina tiene esclarecida la cuestión, entonces bienvenidos sean los derechos. De cualquiera y para cualquiera.