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El arma en casa: todos somos asesinos en potencia

En los últimos días muchos accidentes se provocaron por el mal uso de armamento. Cómo una prevención te puede convertir en un homicida.

Que un nene de once años tenga un arma a su alcance, y que, sin tener la conciencia suficiente para entender que manipular una pistola es muy peligroso, ya estremece. Y si además este chico mate en Las Heras, Mendoza, a su hermanito de siete y hiera de gravedad a su hermana de unos meses directamente hiela la sangre.

Aunque la historia de la población civil armada tiene muchísimos años, tanto en la Argentina como en el resto del mundo, lo cierto es que en nuestro país la cantidad de gente con armas aumentó dramáticamente en el último tiempo debido a un factor fundamental: la inseguridad.

Justificándose en una decisión que se toma para proteger a su familia, miles de argentinos optaron por conseguir un arma y defenderse. A su vez, también entra en juego en esta idea si la persona obtuvo su pistola, por ejemplo, por la vía legal o por "izquierda".

Pese a este punto, que también es muy relevante, lo cierto es que llevar un arma a casa es un factor inclusivo para promover más inseguridad.

Un arma en las manos equivocadas puede producir un desastre, porque cuando no se tiene plena conciencia de los riesgos que conlleva estar armado y el cuidado que se debe tener al manipular una pistola, las consecuencias pueden ser fatales.

Sin embargo, quienes están a favor del uso y tenencia de armas en la población civil van a argumentar que los delincuentes que entran todos los días en sus casas obtienen sus armas de manera ilegal y, ante la inacción del Estado para protegerlos, ven la pistola personal como una forma para estar más seguros.

Pero lo cierto es que el primer paso para pacificar la situación de inseguridad grave que viven todos los argentinos pasa por el ejemplo de cada uno. Es por ello que desde el Estado se promueve el desarme voluntario, y no como un capricho, sino para entender que tener un arma conlleva un grave peligro y puede terminar en accidentes desagradables.

Seguramente el padre de ese nene de once años, que hoy ve desgarrada a su familia por el dolor de haber perdido a un hijo, ahora pensará varias veces antes de volver a tener un arma en casa.