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El alcohol, una excusa vergonzosa

Ella hizo la denuncia. La pusieron en duda. Tratataron de tildarla de todo: "de rapidita", de "prostituta", de fiestera, de todo. La justicia dirá.

La denuncia es gravísima. Eso está claro. Tres jugadores de Independiente implicados en un abuso sexual de una chica. Escándalo total.

Pero antes del abuso, ya hubo cosas que no funcionaron, ya hubo descontrol, ya hubo excesos.

Los futbolistas admiten que fueron a un boliche de Quilmes, después de un partido de fútbol. Al día siguiente, tenían que entrenar. En vez del descanso, "se fueron de joda". La joda, incluyó de mínima, alcohol.

El propio Martín Benítez, hasta ahora testigo en la causa, le admitió a su novia, la denunciante, que no la podía llevar a un hotel alojamiento, porque se había gastado toda la plata, en alcohol.

Después vino lo peor. En la casa de Alexis Zárate, pasó todo. Benítez tuvo sexo con su novia. Se quedaron dormidos. Según la denuncia, la chica fue abusada por Zárate. Se despertó sobresaltada. Le pidió ayuda a su novio, y éste se hizo el distraído.

Benítez encaró a Zárate de forma verbal y le pregunta si le había hecho algo a su novia. Zárate lo negó, Benítez le creyó.

Después hay varias versiones. Una, según la cual, entre Benítez, Zárate, y Nicolás Pérez, de la cuarta división de Independiente, le taparon la puerta y casi no la dejaron irse de la casa.

Ella hizo la denuncia. La pusieron en duda. Tratataron de tildarla de todo: "de rapidita", de "prostituta", de fiestera, de todo.

Lo concretó es que en los mensajes de texto de la causa, surge que algo malo le hicieron, que los futbolistas sintieron culpa y temor, y lo peor de todo, es que trataron de justificar todo con el alcohol, como motor del drama: vergonzoso.

Ahora, la justicia dirá, si todo es un engaño, si la denuncia tiene matices, o si todo pasó de manera espantosa, como contó ella.