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Cristina dijo "me excluyo" pero el Gobierno la prefiere "en la cancha"

Desde la gestión actual afirman que busca bajarse porque estaría arriesgando mucho, aunque preferirían que juegue "para confrontar".

Cerca del Presidente Mauricio Macri creen que la ex mandataria -que ayer terminó su paso por Bruselas- no quiere ser candidata a senadora. "Fue dos veces presidenta, se pasea por el mundo como una líder latinoamericana. ¿Para qué arriesgar el 54% que sacó en 2011?".

De todos modos, en el Gobierno no descartan que, si los números le aseguran un triunfo, la ex mandataria termine presentándose. Sólo en el caso de que su victoria -que sería un verdadero drama para el oficialismo de cara al futuro- esté al alcance de su mano.

"Cuando dijo que se autoexcluía dijo lo que piensa: no se quiere presentar como candidata. Pero Máximo Kirchner y todos los que la rodean no sobreviven sin su candidatura. Quieren renovar sus bancas, por eso salieron a relativizar sus dichos", afirman cerca del jefe de Gabinete.

En su despacho había, a principios de año, cuatro escenarios bajo análisis en relación a la ex presidenta, y ya hay dos de ellos (que se lanzaba con meses de anticipación o que se bajaba de la contienda) que no corren más. "Ahora quedan dos: que se presenta el último día o que se queda afuera ese mismo día", especulan en la Casa Rosada.

De los dos escenarios, el que muchos en Balcarce 50 preferirían es, claramente, el de Cristina candidata, sobre todo si los números que manejan (el de una ex presidenta en su "piso histórico" de popularidad) se mantienen. "Con ella en la cancha ordena todo", dicen con algo de misterio en distintos despachos oficiales.

De todos modos, el optimismo que irradia el despacho de Peña es relativizado por otros funcionarios. "En el interior de la provincia mide 20 puntos, en el conurbano pasa los 30, pero en la tercera sección está tremenda, llega casi al 40% de intención de voto. Y en muchos lugares está primero ella y segundo el que ella designe si no es candidata", alerta un funcionario con conocimiento del terreno bonaerense y de la zona más caliente del conurbano.

También la discusión en torno de a quién podría designar Cristina como su candidato es un tema muy dinámico, después de que quien aparecía como el más probable relevo, Daniel Scioli, se viera envuelto en un escándalo con su pareja, la modelo Gisela Berger.

En el armado que encabeza Federico Salvai, mano derecha de la gobernadora María Eugenia Vidal, también son cautos. "Nadie sabe, ni ellos mismos, si va a ser candidata o no. Seguimos con nuestra campaña", aseguraron cerca de la gobernadora.

Sin Elisa Carrió ni Jorge Macri en la carrera por la candidatura a senador, los nombres que se barajan en Cambiemos (Esteban Bullrich como número uno, Gladys González en el segundo lugar de la lista) no tienen ni el conocimiento público ni el rodaje político que demandaría un "mano a mano" con Cristina.

"Pero el candidato va a ser, claramente, el espacio y sus atributos", afirma otro funcionario que responde al jefe de Gabinete. Vidal y también el Presidente serán las caras más visibles de esa campaña, aunque el ministro de Educación (representado por sus hombres de confianza) ya empezó a trabajar en el terreno con la postulación entre ceja y ceja.

En el Gobierno no se muestran preocupados por el tercer puesto que le auguran algunas encuestas en el principal distrito del país. Ni por los 32 puntos promedio que hoy alcanza la ex presidenta, primera en la mayoría de los sondeos.

"La campaña no empezó, ni siquiera están los candidatos lanzados. Y la mayoría de la gente quiere que al Gobierno le vaya bien, que no nos corramos de lo que somos. Eso se va a notar en la elección", aseguró el jefe de Gabinete a sus interlocutores esta semana.

Mejoras en los índices económicos "que le lleguen a la gente" y una mayor tranquilidad en lo que hace al control de la calle son los otros dos factores con los que el Presidente espera contar a la hora de los votos. Mientras tanto, en la Casa Rosada miran de reojo cada paso de la ex presidenta, cuyo destino electoral sigue siendo un enigma.

(Fuente La Nación)