DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Coronavirus: entre dos pacientes graves, el Gobierno acertó en priorizar la salud antes que la economía

Alberto Fernández tiene que enfrentarse a una crisis sanitaria que acentúa todos los demás problemas que tenía el país.

El coronavirus avanza en Argentina y día a día suma cada vez más casos, con algunas muertes en su cuenta también. La pandemia revistió una gravedad enorme para muchos países y el nuestro no pudo escapar a la llegada de la enfermedad en nuestro territorio ni a la temida “circulación local” del virus.

Se convirtió así en el problema principal en la cotidianeidad del país, en medio de miles de otras emergencias, con la económica a la cabeza. Sin dudas, Alberto Fernández no habrá pensado en que en los primeros cien días se le iba a presentar una complicación mucho más relevante que los ya preocupantes índices de pobreza, devaluación, caída de la industria y del consumo, que conocía de antemano antes de asumir.

En este sentido, al Presidente se le presentó la dicotomía de tener que poner sus mayores esfuerzos en contener la enfermedad o apuntalar la débil economía argentina. Y no lo dudó. "Si el dilema es la economía o la vida, yo elijo la vida", enfatizó en una entrevista.

Así, decidió volcar más recursos al refuerzo de un sistema de salud que también recibió en déficit, decidió repatriar a compatriotas que estaban varados en el exterior y se concentró en pensar la estrategia necesaria para limitar la circulación de las personas para mitigar el crecimiento del brote del COVID-19 en Argentina.

De todas formas, no dejó de tomar medidas para asistir a las personas de menores recursos, miembros casi vitalicios de la economía informal, para que puedan atravesar esta crisis sanitaria que es mundial y golpea en mayor o menor medida en el interior de todos los países.

Que se entienda que la misma dicotomía de economía o salud se les presentó como dilema a los demás presidentes del mundo. Algunos quedaron evidenciados en su mala decisión, al optar por mantener la cotidianeidad de la economía en pos del resguardo de la población ante una enfermedad altamente contagiosa. Los que priorizaron “seguir con la vida normal” son hoy los que lamentan la gran cantidad de muertes en sus países: son los casos de China, Italia, España y hoy, en mayor medida, Estados Unidos y Brasil.

Y que se comprenda además que la decisión de priorizar la salud no es dejar totalmente descuidada la economía. Más cuando en situación de emergencia brotan las típicas miserias del empresariado: la especulación con los aumentos de precios y los despidos sin motivos en medio de una tremenda crisis de la cual no se conoce el futuro. Seguramente habrá medidas del Gobierno al respecto, en medio de una posible extensión de la cuarentena hasta después de Semana Santa.

Todas las decisiones del Presidente están atadas al día a día. Reina el clima de incertidumbre. Sí se vislumbra un cambio en las formas de relacionarse, a todo nivel, desde las interpersonales hasta las que se dan entre los países. Se augura una gran recesión económica mundial y, quizás, como cree Alberto Fernández, una nueva forma de concebir al Estado, con una mayor participación en todos los ámbitos de la vida cotidiana.

Lo único cierto ahora es que lo urgente es la salud. Mientras, se ayuda también a los que menos tienen, con unas formas más acertadas que otras, y se controla que la economía formal no se desborde. El resto puede esperar.

Dejá tu comentario