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Volvió a aumentar la carne y la Sociedad Rural asegura que es un ciclo que recién comienza

La suba del precio de la carne volvió a empujar la inflación y, según la Sociedad Rural Argentina, no se trata de un aumento transitorio sino del inicio de un nuevo ciclo alcista. Factores climáticos, menor oferta de hacienda, cambios en el consumo y el impacto de años de políticas que desalentaron la inversión explican un escenario que podría extenderse durante los próximos años.

 

El reciente aumento del precio de la carne vacuna volvió a presionar sobre la inflación mensual y, según la Sociedad Rural Argentina (SRA), lejos de tratarse de un episodio pasajero, marca el inicio de un nuevo ciclo alcista que podría extenderse durante los próximos años.

Un trabajo elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y la Comisión de Carnes de la entidad sostiene que la suba responde a una convergencia de factores climáticos, productivos, logísticos y biológicos, en un contexto que define como de “transición profunda” para la ganadería argentina. En ese marco, advierte que es poco probable que los precios retrocedan en el corto plazo.

De acuerdo con el informe, el actual escenario no es coyuntural sino la consecuencia de un prolongado período de atraso de precios frente a la inflación. “Durante cuatro años se aplicaron políticas que desalentaron la inversión ganadera y hoy se están viendo sus efectos”, señala el documento. La oferta actual —explica— refleja decisiones productivas tomadas años atrás, cuando las restricciones a las exportaciones, los controles de precios y los cupos limitaron el crecimiento del rodeo.

A eso se suma que la demanda, tanto interna como externa, se fortaleció al mismo tiempo que factores climáticos y estacionales limitaron la disponibilidad de hacienda. Las intensas lluvias registradas en 2025, especialmente en zonas bonaerenses con alto stock ganadero, afectaron la transitabilidad de los caminos rurales y redujeron el ingreso de animales al Mercado Agroganadero de Cañuelas, presionando los valores al alza.

La SRA remarca además que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ya no refleja los patrones reales de consumo de proteínas en los hogares argentinos. En las últimas dos décadas, el consumo total de proteínas cárnicas creció, impulsado principalmente por el pollo y el cerdo, mientras que la carne vacuna perdió participación. Sin embargo, el índice oficial continúa ponderando hábitos de consumo que, según la entidad, ya no representan a la mayoría de las familias, lo que amplifica la percepción del aumento.

En términos productivos, el informe destaca que la sequía de 2023 y 2024 dejó una menor cantidad de terneros y elevó la mortandad, lo que obligó a destinar parte del capital ganadero a sostener la producción. En los últimos dos años, nacieron cerca de 700.000 terneros menos que en el período previo, pese a una mejora en los índices reproductivos.

También incide la estacionalidad: históricamente, los precios de la hacienda tienden a subir en el último bimestre del año y a retroceder entre abril y septiembre, una dinámica que luego se traslada a los precios al consumidor.

Respecto del cambio de reglas de juego, la SRA reconoce que la eliminación de cupos, retenciones y precios máximos en 2024 devolvió señales positivas al sector, aunque advierte que la recomposición del rodeo no es inmediata. “La ganadería tiene tiempos biológicos que no pueden acelerarse”, subraya el informe, que estima que el proceso de recuperación llevará entre dos y cuatro años.

En el plano del consumo, el estudio indica que a mediados de 2025 se registró una mejora vinculada a la recomposición del salario real, pero que en la segunda mitad del año el poder adquisitivo volvió a deteriorarse frente al precio del asado, lo que provocó una leve retracción.

El escenario internacional también juega un rol clave. La suba de los precios globales de la carne mejoró la integración de la res y la capacidad de pago de los frigoríficos. En particular, el aumento del valor del novillo en Estados Unidos —más pronunciado que en otros países productores— impulsó decisiones para ampliar el cupo de importación de carne argentina con menores aranceles.

Si bien dentro del sector persiste el debate sobre si ya comenzó una fase de retención de vientres, la Sociedad Rural insiste en que los valores actuales “marcan el comienzo de un nuevo ciclo, no su final”, y advierte sobre la necesidad de seguir de cerca las variables clave y avanzar en un plan estratégico para recomponer el stock ganadero.

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