La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recortó su proyección de crecimiento para la economía argentina en 2026 y encendió nuevas alarmas sobre la inflación. Según su informe actualizado, el país crecerá 3% en 2026, una merma de 1,3 puntos porcentuales respecto del cálculo previo.

Para este año, la entidad estima una recuperación del 4,2%, mientras que en 2027 el PBI repuntaría a 3,9%, impulsado por la inversión y las exportaciones. La OCDE destacó que el país enfrenta un entorno “más favorable para las empresas, regulaciones menos onerosas y un sector energético y minero dinámico”.

La previsión para 2025 también fue corregida a la baja: en septiembre la organización proyectaba un crecimiento del 4,5%, pero ahora lo redujo al 4,2%. Para 2026, la estimación descendió del 4,3% al 3%.

En su diagnóstico, el organismo remarcó que la política monetaria deberá concentrarse en sostener la desinflación, al tiempo que el crecimiento dependerá de “mayores reformas regulatorias que fortalezcan la competencia interna, impulsen el comercio internacional y amplíen la oferta de educación técnica y profesional”.

En el frente externo, la OCDE prevé un déficit de cuenta corriente de 1,7% del PBI para finales de 2025 y de 1% en 2026.

A nivel global, la entidad anticipa una desaceleración del crecimiento mundial: del 3,2% en 2025 al 2,9% en 2026, con un rebote al 3,1% en 2027.

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, advirtió:
“Ante las fragilidades que presenta la economía mundial, los países deben redoblar sus esfuerzos para entablar un diálogo constructivo que garantice una resolución duradera de las tensiones comerciales y reduzca la incertidumbre en torno a las políticas públicas”.

Qué pasa con la inflación

En materia inflacionaria, el informe señala que la inflación argentina cerrará 2025 en 41,7% y bajará a 17,6% en 2026. La previsión implica un leve empeoramiento respecto de septiembre, cuando la OCDE esperaba un 39,8% para diciembre y 16,5% en 2026.

Según el análisis, “la inflación ha ido disminuyendo y se han cerrado los déficits fiscales, pero el crecimiento se ha debilitado recientemente y las presiones sobre el tipo de cambio han ilustrado las vulnerabilidades macroeconómicas persistentes y la incertidumbre política”.

La entidad advirtió que podrían reaparecer episodios de volatilidad en un contexto de bajas reservas, inflación todavía elevada y necesidad de nuevas reformas estructurales. De todos modos, señaló que un avance sostenido en la agenda reformista podría traer mejoras superiores a las previstas en productividad, competitividad y sostenibilidad fiscal.

De cara a 2027, la OCDE espera una fortalecida recuperación del consumo privado y la inversión, acompañada de mejores condiciones financieras.