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Una crisis que no tiene que pagar el pueblo trabajador

Por Nicolás Del Caño. Mientras los grandes exportadores y terratenientes vieron subir sus ganancias, el salario de millones de se hundió aún más, ni hablar del aumento en las cifras de pobreza y desocupación.

Esta semana las noticias que llegaron desde Chubut nos llenaron de bronca y tristeza. Primero fue el pedido del gobernador Arcioni para aumentarse el sueldo a cerca de $ 300 mil. Parece un chiste de mal gusto, pero no lo es. Desde hace meses paga los salarios de estatales y docentes con atraso y en tramos.

El martes por la noche nos enteramos de la muerte de Jorgelina y María Cristina, dos docentes que la venían peleando contra ese ajuste. Sus fallecimientos no eran inevitables. Si no hubieran tenido que movilizarse reclamando el pago de sus haberes, no habrían sufrido el accidente que les costó la vida.

Desde el Frente de Izquierda Unidad permanentemente expresamos nuestro apoyo a esta dura pelea. Este jueves, en el marco del paro nacional docente, volvimos a movilizarnos por las calles de Buenos Aires.

Mientras la bronca por estas muertes crecía, tuvimos que ver un espectáculo lamentable. El gobernador y el ministro de Educación de la nación se lanzaron acusaciones mutuas, buscando despegarse de la crisis, intentando no hacerse responsables por los padecimientos que pasan miles de habitantes en la provincia.

Pero estos funcionarios que se lavan las manos ante las consecuencias del ajuste son los mismos que se ponen de acuerdo muy rápido a la hora de implementarlo.

No hay que ir muy lejos en el tiempo para ver esa colaboración entre Arcioni y el gobierno nacional. En diciembre de 2017 fue uno de los que apoyó la reforma previsional, ese enorme robo a los jubilados y las jubiladas que se votó en un Congreso militarizado. Aquel día varios diputados opositores sufrimos una dura represión junto a quienes se movilizaban. Una represión en la que, además, cinco personas perdieron un ojo por las balas policiales.

Arcioni no fue el único mandatario peronista en dar su apoyo a esa reforma. Por el contrario, el Consenso Fiscal que permitió avanzar en ese camino contó con la firma de la casi totalidad de los gobernadores.

El Frente de Izquierda es la única fuerza que ha denunciado sistemáticamente esa colaboración entre peronismo y macrismo para avanzar en las políticas de ajuste. No solo hemos criticado el rol de diputados, senadores o gobernadores. También cuestionamos la actitud de las conducciones burocráticas de los gremios. Sin la pasividad de la cúpula de la CGT y del resto de las centrales sindicales, los planes de ajuste no habrían podido avanzar.

Hoy Arcioni y el resto de los gobernadores peronistas impulsan el Frente de Todos. También están ahí las distintas alas de la burocracia sindical. Todos apoyan la candidatura presidencial de Alberto Fernández, mientras critican el ajuste de Macri. Una verdadera caradurez.

Todos ellos comparten un consenso común sobre el futuro del país. Un consenso que solo puede traer consecuencias negativas para las grandes mayorías populares. Con negociaciones duras o no tanto, proponen pagar hasta el último dólar de la ilegítima y fraudulenta deuda externa.

A pesar del discurso del peronismo, la Argentina actual no tiene nada que ver con la de 2003. Las condiciones económicas internacionales son más que adversas y el país se encuentra condicionado por la pesada tutela que ejerce el FMI. Si no se termina con esa subordinación, la situación económica y social no hará más que seguir empeorando para el pueblo trabajador.

Como candidato presidencial del Frente de Izquierda Unidad vengo planteando abiertamente esta situación. A lo largo de la campaña hacia las PASO, insistimos señalamos que era necesario cuestionar los intereses del gran empresariado para que la crisis no cayera sobre el pueblo trabajador. La devaluación posterior al 11 de agosto volvió a mostrar esa urgencia. Mientras los grandes exportadores y terratenientes vieron subir sus ganancias, el salario de millones de se hundió aún más, ni hablar del aumento en las cifras de pobreza y desocupación.

Chubut muestra mucho del futuro que le espera a la Argentina si se continúa por el camino de privilegiar los intereses de los grandes capitalistas. Fortalecer a la izquierda en estas elecciones es fundamental para enfrentar lo que se viene.

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