Una buena noticia: el subte aumentaría a $3,50

Y pensar que hace un año y piquito se viajaba en subte apenas por $1,10. Hoy ya llegamos a $2,50. Y si todo marcha bien, en apenas unos meses, nuestro querido tren bajo tierra llegará a los $3,50 por pasaje.

No diré que me encante viajar en subte, mucho menos cuando te agarra algún horario pico y vas tipo vaca al ganado, empujando al que no te deja subir o cuidando que no te afanen o manoseen (doble trabajo por ser mujer). Tampoco es que me guste demasiado cuando los metrodelegados deciden hacer un paro por "sus" derechos, y se olvidan de los nuestros. Y menos aún cuando algún loco (sé que recibiré comentarios en mi contra por esto) decide terminar con su vida arrojándose a las vías del subte... y el subte no funciona por cinco horas. Y no es que suponga que los problemas viales vayan por encima de la vida de una persona, pero en el medio (y me ha pasado) mi hijo debe quedarse en el jardín una hora esperando a que yo encuentre algún colectivo, taxi vacío o algún alma caritativa que se apiade de llevarme al otro lado de la ciudad.

Tampoco me gusta demasiado esto de que por inaugurar dos nuevas estaciones, el subte B esté más repleto de gente que antes. Y que a pesar de esto, la frecuencia de los trenes sigue exactamente igual que antes (o incluso, peor).

Pero entendiendo que esto podría llegar a cambiar tras un aumento en el subte, avalo el incremento. Y lo digo con toda convicción: "Quiero un subte a $3,50".

Claro está, y vale la aclaración, acepto el aumento siempre y cuando todo lo que mencioné antes cambie para bien. Digo, deberían funcionar mejor los subtes, sin problemas técnicos, sin paros, con más formaciones y limpieza en las estaciones, entre varias otras cosas que se pueden llegar a pedir como pasajeros.

Mientras tanto, y entendiendo que se piensa en todo esto. El gobierno de la Ciudad ya apuesta a aumentar un peso más por cada pasaje. De hecho, ya está planteado en el Presupuesto 2014, con lo que si está previsto, ningún juez podrá congelar el precio actual, y el aumento será un hecho.

En Europa, el boleto cuesta alrededor de un euro. Aunque para nosotros suene un monto irrisorio, el pasajero lo paga porque "lo vale". Ese es el ejemplo que debemos imitar: desde el Estado, brindando un servicio digno (en todo sentido), y desde la población, aprendiendo a no quejarnos por todo y a entender que si algo vale, hay que pagarlo.

Y sino... ¡a viajar en bondi!