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Un golpe en la cabeza y una millonaria extorsión: los detalles del secuestro y crimen de Santiago Aguilera

Se conoció el resultado preliminar de la autopsia del chico de 18 años al que buscaban desde el martes. Por el caso hay un sospechoso detenido, empleado del padre de la víctima.

El dolor y la bronca se instalaron este domingo en el valle de Traslasierra, Córdoba, después de que encontraran el cuerpo del adolescente Santiago Aguilera, a quien buscaban desde el martes. Los investigadores ya descartaron la hipótesis del suicidio y confirmaron que la víctima fue asesinada.

En tanto, hay un detenido por el caso que ya fue trasladado a la cárcel de Bouwer y este lunes será indagado. El sospechoso fue identificado como Walter Gil y era empleado del corralón del padre de Santiago. “Es la última persona que lo vio, que tuvo comunicaciones”, señaló a La Voz el fiscal federal de Córdoba, Enrique Senestrari.

De acuerdo a la reconstrucción, el martes a la noche Santiago cenó con su familia en su casa en el paraje Chuchiras y, alrededor de las 23:00, avisó que se iba a tomar una gaseosa con un amigo. Nunca regresó.

Más de 100 personas, canes y drones rastrillaron la zona entre Villa Dolores, Las Tapias y San Javier en busca del chico de 18 años, hasta que ayer un vecino se topó con su cuerpo a unos seis kilómetros del sector donde se había centrado la búsqueda.

El resultado preliminar de la autopsia constató la existencia de una importante herida en la cabeza, con profusa emanación de sangre, de lo que se deduce, en principio, que se está frente a un secuestro extorsivo seguido de homicidio.

 

Diez millones de pesos

Poco después de la desaparición de Santiago y desde su mismo celular, su papá recibió un inquietante mensaje por WhatsApp. “Me pedían 10 millones de pesos, que no llamara a la Policía y aclaraban que me tenían controlado”, contó a los medios Carlos Aguilera.

No hubo más llamados ni nuevos mensajes. El celular de Santiago se apagó poco después de aquel y fue el rastreo digital de las comunicaciones lo que llevó a los investigadores a la calle Marcos Quiroga al 600, al domicilio de un empleado del corralón de Aguilera, y compañero de trabajo de la víctima.

Se trata de Walter Gil, de 23 años, quien “tenía entradas a la Policía”. El padre de Santiago negó que Gil fuera amigo de su hijo, aunque apuntó que el empleado “le había preguntado cosas sobre la familia” a la víctima.

Las cámaras de seguridad de ruta 14 habían registrado el paso de Gil entre la ciudad y Las Tapias, cerca de donde se encontró el cuerpo de Santiago, y en su casa incautaron un Peugeot 405 que el sospechoso había manejado supuestamente la noche del martes.

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