Un buen astronauta bebe pipí
Ya nadie quiere enrolarse en la NASA: nueva dieta incluye tomarse unos ricos tragos de orina. El protocolo de la bebida aconseja tomarla "bien calentita".
La idea es aprovechar al máximo los residuos líquidos. Y la NASA acaba de dejar listo un dispositivo que –mediante un proceso de filtración, en el que hace pasar un líquido por una membrana mediante presión– disuelve los componentes sólidos y vuelve al líquido potable. En sólo dos horas el propio astronauta convierte una bolsa llena de orina en una bebida apta para el consumo humano.
Esta idea para purificar la orina en el espacio es tan simple como apretar el émbolo de la jeringa que guarda el pichín del viajero espacial. Así, se obtiene un compuesto enriquecido con azúcares que proporciona energía a los astronautas. Obviamente, el gadget está listo para su implementación: en mayo de 2009 (ver foto de tapa), la tripulación de la Estación Espacial Internacional había celebrado un brindis con orina reciclada.
El sistema es además ecológico: no necesita obtener energía eléctrica de la nave espacial. La membrana retiene las impurezas y basta con añadir a la orina una serie de nutrientes y un aromatizante.
Luego, servir a gusto, bien calentita.