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Sinceridad y diálogo

La profundización de la crisis global obliga al Gobierno a dejar "el piloto automático" y convocar al diálogo sincero entre todos los partidos y sectores.

Argentina no está blindada ante la crisis que afecta a las economías más poderosas del mundo. La desaceleración en los principales indicadores comenzó a colarse en nuestra realidad a través del canal comercial, ya que el país está virtualmente aislado de las operaciones financieras globales.

La verdad nunca es triste, aunque el Gobierno nacional proclamara en los últimos meses –cuando aparecieron los primeros síntomas de la grave crisis en Europa y la puja fiscal en Estados Unidos– que la Argentina estaba "blindada" y ajena a un eventual contagio de aquellos desajustes.

El precio de la soja –el principal producto de exportación y de ingresos del Tesoro nacional– cayó más de 100 dólares en el último mes. Brasil prevé reducir en 3.600 unidades la compra mensual de automóviles a la Argentina –unos 45 mil vehículos al año–, lo que equivaldría, en la práctica, a un mes de producción de las unidades que se venden al vecino país. Una fábrica de zapatillas de Tucumán decidió paralizar la producción ante el exceso de stock por la caída en las ventas y la competencia de Brasil y China.

Por último, el Banco Central de la República Argentina perdió unos tres mil millones de dólares en reservas desde que, en agosto último, se aceleraron las compras por parte de empresas y, en especial, de tenedores particulares, ante el temor de que el peso profundice su devaluación luego de la elección presidencial del 23 de octubre próximo.

La suma de estos datos tendrá impacto más temprano que tarde en el nivel de la actividad económica y afectará el empleo, con la consiguiente reducción en las remuneraciones que perciben los ocupados, las que en muchos casos se habían incrementado por los turnos y horas extras que demandaba una producción en ascenso.

El escenario cambió, aunque las autoridades nacionales no lo quieran admitir en sus discursos públicos. Incluso, el manejo de una errada política cambiaria por parte del Banco Central ocasionará mayor pérdida de reservas, ante el objetivo de mantener el dólar "planchado" hasta los comicios presidenciales.

El Gobierno nacional y también las administraciones provinciales y municipales, entre ellas las de Córdoba, deben dejar "el piloto automático" y la dilación de decisiones con que han venido manejando la política económica y los planes de obras desde hace cuatro meses, cuando se lanzaron las principales candidaturas.

La desaceleración global puede tornarse aun peor si varios países europeos –con Grecia a la cabeza– necesitan reprogramar sus deudas, con importantes quitas en sus obligaciones soberanas que impactarán de un modo incalculable en la banca internacional.

Esa actitud debe ser acompañada con un sincero llamado al diálogo por parte de la Presidenta, como lo ha reclamado el gobernador de Santa Fe. Todos los partidos y sectores deben evaluar la situación y plantear las mejores soluciones. El desarrollo de la crisis global es una película que la Argentina ya protagonizó hace 10 años y no quiere reinterpretar otra vez.