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Semana no tan santa: la coima del cafecito de la policía bonaerense en Ruta 2

Con un amigo quisimos descansar por las Pascuas yendo a Mar del Plata en moto: el problema fue que nos cruzamos con dos corruptos a metros de llegar a la ciudad.

Dispuesto a pasar unos días de descanso en Mar del Plata por las Pascuas, decidí junto a mi mejor amigo Christian emprender un viaje corto pero cansador en moto. A días de salir la nueva reglamentación, mi compañero de ruta me dio el chaleco reflectivo y el casco con la patente impresa ya que iba a ser su acompañante. Ir seguros y con todo en regla es fundamental para pasarla bien. El problema fue que nos cruzamos con dos policías de la Bonaerense corruptos a metros de llegar a la hermosa y siempre pintoresca Mar del Plata. "Ruta 2 y la coima del cafecito".

Kilometro 366. Inspección policial. Nos detienen. Con respeto y con todos los papeles al día, frenamos y saludamos al oficial. De entrada nos atacó verbalmente. "Usted no tiene el chaleco", le dice en un tono elevado el efectivo a mi amigo. Christian, sin dudarlo, le contesta: "La ley dice que el acompañante debe tener el chaleco y el casco con la patente". Enojado por saber lo que decía la nueva disposición, el policía cambia las facciones de su cara y le pide toda la documentación de la moto. Se la damos (teníamos pagos de patentes, vtv, documentos personal y hasta factor de sangre del vehículo) y al no poder encontrarle una infracción lo llama a la garita.

Presentemos nuevamente el paisaje: el medio de la ruta, dos policías, nosotros dos y la moto.

En la cabina, el oficial que no tenía identificación (deben siempre llevar membrete con su nombre en su uniforme) afirmó ante nuestra insistencia que su nombre era Ricardo Martínez.  Desde ya que no lo creímos. El policía dijo textual: "Mirá, la multa te sale $1500. Tenés que venir hasta Mar del Plata y pagarla. De qué trabajas". Mi amigo ya se había dado cuenta que se venía el momento incómodo y nefasto de tener que darle algo a cambio para que nos deje seguir.

"Podes arreglarlo. Dame para el cafecito y estamos", fueron las coimeras palabras del oficial de la bonaerense. Christian sabe que hay inflación en nuestro país pero tampoco tanta: le intentó dar $10 y el oficial le afirmó que era un poquito más. El café más caro de la Argentina debía tomar Martínez y su compañero ya que le sacó $50. Me pregunto dónde iban a comprarlo porque no había ni un solo restaurante alrededor.

Indignados por el mal momento y por saber que hicimos algo por fuera de la ley nos fuimos. Claro está que debíamos haber hecho la denuncia policial pero ante quién ¿sus compañeros?

La impotencia de no poder hacer nada más que esta simple nota genera un odio visceral. Si los gobernantes quieren hacer algo para que este tipo de casos no vuelvan a pasar deben dar el ejemplo. El caso ocurrió el viernes 18 entre las 11 y las 13. El kilometro es el 366 y el oficial que nos coimeó era canoso. Imagino que deben tener registro de quién trabaja en cada uno de los puestos de la ruta. Ojala que sancionen a este corrupto policía. Lo pido para que se deje de meter en la misma bolsa a gente honesta que trabaja día a día en la fuerza policial bonaerense y para que los laburantes como mi amigo y yo podamos no tener que pasar estos malos momentos.