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Rocío Oliva-Diego Maradona: cuando la intimidad se convierte en un secreto de Estado

El escándalo detrás del escándalo. Un Mundial sin el Diego es como un asado sin vino. ¿Qué secreto de Estado tratan de guardar? Aquí te lo contamos como solo DV. puede hacerlo.

¿Recordás el episodio de Antonini Wilson, el gordito venezolano que dejó en Ezeiza una valija con 800 mil dólares del chavismo y nunca la reclamó? Primero habían pasado diez valijas iguales, pero cuando un personaje de la delegación argentina (Claudio Uberti, exiliado en un country por tonto y re tonto) se quiso pasar de listo con la agente aduanero María del Luján Telpuk (¿qué fue de su vida que desapareció de los escenarios?), estalló el escándalo de los negocios turbios entre el chavismo y nuestro gobierno. La morocha que desató la comedia de enredos era hermana de un groso jefe de la Fuerza Aérea que no permitió que la lleven por delante.

Un error humano que vuelve a repetirse, como si las relaciones con Venezuela estuviera llamado a no pasar desapercibidas.

Parecía que la tormenta entre Rocía Oliva y Diego Maradona por la denuncia de hurtos varios en Dubai era tan solo la resaca de un vínculo roto. Pedidos de captura internacional y una historia que no pintaba para más, de pronto se convierte en una cuestión de Estado.

En el gobierno le pidieron a Maradona que haga algo y el 10 se tomó el avión en pleno mundial rumbo a los Emiratos Árabes. Y he aquí el porqué de esta tormenta en el desierto.

La rubia joven se llevó de su domicilio conyugal materiales en formato digital (Iphone e Ipad) de fotos, textos, grabaciones y otras menudencias de las que participó junto a Diego en reuniones cumbres de negocios en Caracas.

No sabemos aún si Oliva las quiere usar para algo más que un recuerdo o si hay otros fines detrás, pero lo cierto es que ese material en su poder es una brasa ardiente que amenaza con un incendio mayúsculo  del que forma parte Nicolás Maduro.

Quienes conocen el secreto de ese tesoro en poder de Rocío son apenas un puñado de funcionarios de élite del cristinismo.

Todavía no respiran bien tras el procesamiento del vicepresidente Amado Boudou y sobre llovido, mojado.

Si vuelven a aparecer señales de humo de los vínculos "non santos" entre la Argentina de San Martín y la Venezuela de Simón Bolívar,  puede haber más que nubarrones en el horizonte.

¿Qué va a hacer Rocío Oliva con esos materiales casi herejes que trajo de Dubai? Nadie lo sabe aún, pero lo que era un simple escándalo de pareja ahora se transformó en una cuestión de Estado.

Hoy estamos todos con los sentidos puestos en el partido del domingo, después la vida sigue su rumbo y por ahí salta la liebre.

Por ahora, como diría el Presidente de España Mariano Rajoy, fin de la cita.