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Quiropraxia: alineamiento vertebral que parece curarlo todo

Muchos han escuchado la palabra, pero pocos saben de qué se trata realmente.

La idea básica de la quiropraxia clásica es que las subluxaciones son la causa de la mayoría de los problemas médicos. De acuerdo con esta disciplina, una "subluxación" es una desalineación de la columna vertebral que supuestamente interfiere con las señales nerviosas del cerebro. Sin embargo, no hay evidencia científica de estas subluxaciones y ninguna ha sido observada por cirujanos ortopédicos, neurocirujanos o radiólogos, lo cual de por sí ya es algo llamativo. La palabra "quiropraxia" deriva del griego: "cheir" y "praxia", lo cual significa "hecho con la mano".

El 25 de mayo de 2010, el Consejo General de Quiropraxia (CGQ), del Reino Unido, promulgó la siguiente declaración, algo contradictoria por cierto: "El complejo quiropráctico de subluxación vertebral es un concepto histórico aunque permanece como un modelo teórico. No está sustentado por ninguna evidencia basada en la investigación clínica que pueda permitir que se hagan afirmaciones de que es la causa de enfermedades o problemas que tienen que ver con la salud".

D. D. Palmer, el pionero

Así y todo, los quiroprácticos siguen sosteniendo que los ajustes y cambios en la columna vertebral son la llave para la buena salud. Los quiroprácticos creen que al ajustar las desalineaciones de la columna pueden restaurar las señales nerviosas y curar problemas de salud. Tal idea fue propuesta por primera vez por D. D. Palmer (1845-1913), almacenero y "curador magnético" -créase o no- oriundo de Davenport, Iowa, EE.UU. Palmer (ver foto abajo) era un "vitalista" que consideraba que la "energía inteligente" transportaba información a varias partes del cuerpo. Por supuesto, no hay evidencia alguna que apoye esta hipótesis. Palmer llamaba "inteligencia innata" a esta supuesta energía vital y aseguraba que estaba conectada a una Inteligencia Universal, hipótesis más extravagante todavía. Y como si esto fuera poco, Palmer se comparaba con Jesucristo, Mahoma, Joseph Smith y Mary Baker Eddy. Demasiado para tragárselo de una sola vez.


Palmer aseguraba haber curado a un hombre sordo llamado Harvey Lillard, que era conserje, manipulando su columna vertebral. Como comenta la doctora Harriet Hall: "Esto no tiene sentido anatómicamente". Palmer también creía que había curado a una persona que tenía problemas cardíacos solamente manipulándole la columna. De ahí saltó a la conclusión de que había descubierto la clave de todas las enfermedades. Entonces escribió un libro de texto y abrió una escuela. Basándose vaya a saber en qué evidencia, Palmer sentenció que "el 95 por ciento de todas las enfermedades son causadas por una vértebra desalineada".

Comienza el gran negocio

 

El hijo de Palmer, Barlett Joshua Palmer (1882-1961), se encargó de promocionar esta terapia comprando estaciones de radio y televisión, luego de la muerte de su padre. En 1924 presentó una exótica máquina que según él medía la temperatura. La llamó neurocalómetro, un equipo para detectar supuestas desalineaciones en la columna vertebral que vendió a un precio hasta 20 veces superior a su costo. Vendió más de 2.000 aparatos a graduados de su escuela y a otros quiroprácticos.

Como pasa con todas las medicinas alternativas la evidencia sobre su eficacia no provenía de estudios científicos sino de testimonios de personas que decían haberse curado. Esto no es ninguna novedad, sino más bien algo usual en las pseudociencias. Lo que realmente indica la evidencia es que un tratamiento con ibuprofeno y ejercicios es tan efectivo como la quiropraxia para aliviar el dolor de espalda.

Pero aliviar el dolor de espalda es algo complicado, que puede llevar a engaños, ya que nuestra especie parece no estar muy bien preparada para la posición erguida y la mayoría de la gente sufre dolores intermitentes de espalda. Cuando alguien tiene severos dolores de espalda probablemente comience a buscar a un quiropráctico (o comprar brazaletes magnéticos o cualquier dispositivo pseudocientífico).

Lo que se llama "remisión espontánea" usualmente hace que el dolor disminuya luego de un tratamiento determinado -sea éste genuino o no. Es decir, uno puede tomar una cucharada de agua con limón y azúcar cuando tiene un dolor de espaldas. Si el dolor disminuye, probablemente uno lo atribuye al limón y al azúcar, cuando en realidad puede tratarse de una "remisión espontánea" del dolor. Esto sucede frecuentemente en las enfermedades crónicas. Nos duele la cintura y al otro día, después de dormir, nos levantamos bien. Luego, sin hacer ningún esfuerzo, el dolor vuelve. Quiere decir que el dolor de cintura, por ejemplo, no es algo lineal: tiene altibajos que no sabemos cuándo van a producirse. Los practicantes de las medicinas alternativas se valen del fenómeno de remisión espontánea para demostrar la supuesta eficacia de sus técnicas.

¿Qué dice la investigación científica?

 

Los quiroprácticos raramente trabajaron con médicos y casi nunca formaron parte del personal de un hospital. La Asociación Médica Estadounidense (American Medical Association) no tuvo pelos en la lengua a la hora de desaprobar a la quiropraxia, que fue completamente desacreditada por su Comité de Charlatanismo. Así y todo, los quiroprácticos le ganaron un juicio en 1976 por limitación al trabajo.

Hoy, la AMA ya no ataca a la quiropraxia. Algunos establecimientos donde se cursa esta "carrera" mantienen una relación con los hospitales locales o universidades. Las "medicinas complementarias" se las están arreglando para infiltrarse en hospitales y clínicas sin objeción alguna por parte de las autoridades.

¿Ciencia o fe?

Durante años los quiroprácticos confiaron más en la fe que en la evidencia empírica para sustentar sus hipótesis. Esto no habla bien de la quiropraxia: todo lo contrario. Si alguien afirma haber creado o practicar una terapia, lo menos que debe hacer es probar su eficacia.

La perla que faltaba

Muchos quiroprácticos afirman que la teoría de los gérmenes es errónea, un hecho que no deja una muy buena imagen de estos practicantes. Ignorar las bacterias y los virus, o subestimar el rol de los microbios en las infecciones, no los deja en buena posición. Cada error de diagnóstico o tratamiento equivocado hiere de muerte a toda la "profesión" quiropráctica más que al mero individuo que la practica.

Neurólogos canadienses han advertido sobre el peligro de manipular el cuello, lo cual ha producido casos fatales. Mucho peor cuando los quiroprácticos atienden a niños y dicen que sus métodos dan resultado.

En síntesis, la quiropraxia es peligrosa y está en manos de gente que sostiene hipótesis equivocadas. Acá se puede ver un resultado. Esta paciente se llama Sandra Nettle. La foto de la izquierda fue tomada antes de la manipulación vertebral y la de la derecha, después. Los resultados están a la vista.


El latiguillo de los quiroprácticos es el de todos los pseudocientíficos: "Esto también pasa en la medicina científica, hay casos que han resultado fatales por un mal diagnóstico o por implementar una tratamiento equivocado". Claro, eso se llama "mala praxis" y el médico que la cometa puede ser juzgado y condenado. En todas las áreas de la ciencia se cometen errores, pero la base teórica es correcta. Y ha sido fruto de la investigación controlada y verificada por distintos centros en diferentes partes del mundo. En el caso de la quiropraxia, ni siquiera se ha probado que las hipótesis que sostienen tengan una pizca de verdad, mientras que en la ciencia genuina, las hipótesis son testeadas todo el tiempo y corregidas, cosa que las pseudociencias no hacen nunca.

Como frutilla del postre, te mostramos la publicidad de un "quiropráctico holístico". No es muy alentadora que digamos.