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¿Qué le pasa al hincha?: el plateísta de Central que le arrojó juguetes al árbitro

No hay "locura" ni "pasión" por un equipo de fútbol que expliquen hechos como el sucedido en el Gigante de Arroyito. ¿Qué enseñanza le quedó a la nena que le robaron sus juguetes?

Ayer Rosario Central cayó 2 a 0 en su estadio frente a San Lorenzo. La polémica, ya conocida, se desató en la jugada del segundo gol del "Ciclón", cuando el árbitro Germán Delfino le da la orden a Fernando Elizari para ingresar al campo de juego, pero los jugadores de Central no se percataron en ningún momento que el mediocampista ya se había reincorporado a la jugada. Elizari aprovechó el desentendimiento para robarle la pelota a Paulo Ferrari y darle un pase perfecto a Héctor Villalba, que terminó en gol.

La polémica dio lugar a un "enloquecimiento" por parte de la hinchada en el Gigante de Arroyito. Creo que no hay pasión ni "locura" que explique lo que se pudo ver por televisión: una pequeña valijita rosa, con la cara de los personajes de Disney impresa en ella, cayó al campo del juego, cerca de donde se encontraba el árbitro. Al caer, se abrió y salieron volando diversos juguetes y accesorios para niñas.

¿Qué se puede deducir de esto? En primer lugar, que alguien le robó la valijita (y utilizo el verbo 'robar' porque dudo mucho que una nena haya prestado sus juguetes para ser lanzados) a una niña. En segundo lugar, que quiso agredir a un árbitro por una decisión que, a mi manera de entender, fue acertada. En tercer lugar, que la mentalidad del hincha argentino está muy corrompida.

Más allá del análisis lógico y el ya cansador discurso sobre qué se logra arrojándole algo al árbitro -además de una posible sanción a su club- ¿en qué piensa una persona cuando arroja los juguetes de su hija? ¿Cómo le explica a la niña que tuvo que hacerlo 'porque le hicieron un gol a Central'?

Y por sobre todas las cosas, lo más importante, es la enseñanza que le queda a ella. Ahora sabe, por suerte, que cuando las adversidades se interponen en su camino hay que 'romper todo', o por lo menos agredir a alguien: seguramente de esa manera el dolor será menor.