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Qué es el daño cognitivo: la enfermedad que sufre Antonio Gasalla 

La familia del actor confirmó que padece un trastorno que afecta su capacidad cognitiva desde fines de 2019. Cuáles son las posibles causas, sus consecuencias y cómo son los tratamientos para lograr una mejor calidad de vida.


“Antonio Gasalla padece desde fines del año 2019, principios de 2020, una afección en su salud mental que ha ido desde entonces afectando su capacidad cognitiva y su juicio”, menciona en su primer párrafo el comunicado que difundió la familia del actor para hacer frente a las diversas especulaciones sobre su salud.

En los últimos meses, en el marco de la disminución de sus funciones cognitivas, el capocómico fue víctima de situaciones vinculadas al robo de dinero y objetos de valor. Por eso, en otra parte de comunicado se menciona que “se recurrió a la Justicia Civil de la Capital Federal a los efectos de su resguardo personal y patrimonial, instando una acción de determinación de la capacidad”.

El actor, de 82 años, se encuentra en el grupo de riesgo de sufrir trastornos cognitivos debido a su edad, ya que las probabilidades aumentan especialmente después de los 65 años. Sin embargo, la demencia no es una parte normal del envejecimiento y puede ocurrir en personas más jóvenes. También tener antecedentes familiares de demencia pone en mayor riesgo de presentar la afección.

En cuanto al estado de salud actual del humorista, se informa en el comunicado que “se encuentra ingresado en un establecimiento para realizarse estudios y tratamientos clínicos necesarios para estabilizar su cuadro general de salud, hallándose estable”.

Infobae consultó a tres expertos para explicar en detalle cuáles son las enfermedades que afectan la capacidad cognitiva y cómo son los tratamientos.

¿Qué son los trastornos cognitivos?


Bajo el concepto de trastorno cognitivo se engloban las alteraciones de uno o varias de las funciones cognitivas para procesar y recordar la información, que incluyen las áreas de la percepción, la atención, el lenguaje o la memoria. Entre las alteraciones cognitivas más frecuentes se encuentran:

- El delirio

- La amnesia

- La demencia

- La enfermedad del Alzheimer

- La enfermedad de Parkinson

“El deterioro de nuestras funciones superiores cuando se da en personas que fueron normales o incluso brillantes se denomina demencia. Esto puede comprometar la memoria de corto y largo plazo, verbal, visual auditiva, inteligencia ejecutiva, razonamiento, coordinación, lenguaje... todo se puede comprometer. La principal causa responsable del 60% de los casos es la enfermedad de Alzheimer. Hay otros cuadros neurodegenerativos. Y también problemas vasculares cerebrales o demencia multiinfarto”, explicó a Infobae el doctor Alejandro Andersson, neurólogo y director médico de Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA).

El experto agregó que la demecia “compromete del 1 al 2% de la población por encima de los 60 años, pero luego de los 85 años cerca del 30% de las personas tiene demencia”. Pero no todo es demencia por Alzheimer: “También puede ser por hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, etc. Hay que pensar que estos pacientes tienen un gran desgaste de la parte vascular y el cerebro necesita un litro de sangre por minuto, oxigenada y con glucosa y tiene que llegar a los 86 mil millones neuronas del cerebro”.

Cuáles son las causas

Demencia es un término general para varias enfermedades que generalmente son de naturaleza crónica y progresiva, que resultan en deterioros cognitivos e interfieren con el capacidad para realizar las actividades de la vida diaria. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede contribuir al 60-70% de los casos”, afirma la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

El envejecimiento es la causa principal de los trastornos cognitivos, pero el modo en el que se llega a la vejez es lo que determina si se va a sufrir o no este trastorno. Las alteraciones en la relación social condicionan la aparición de este trastorno, ya que el aislamiento comporta que haya dejadez y se pierda memoria. Por eso, se incrementaron tanto las enfermedades mentales postpandemia.

El doctor Rolando Salinas (MN 72241), jefe del Servicio de Salud Mental del Hospital Alemán y profesor de Psicología de la Salud de la Universidad Católica Argentina (UCA), afirmó que la pandemia pudo precipitar cuadros de deterioro.

“Podemos mencionar al menos tres elementos: la desaferentación (la interrupción de los impulsos aferentes) provocada por el aislamiento y la interrupción de las actividades cotidianas de la cuarentena; el estrés y depresión, asociados al temor a la enfermedad, duelos por pérdidas de seres queridos, interrupción de vínculos y ausencia de asistencia médica y por último, el mismo virus. En nuestra experiencia encontramos fallas a predominio ejecutivo atencional en el 44% de los que estuvieron afectados”, señaló el especialista.

Por otra parte, el psiquiatra Ricardo Corral, (MN 67653), jefe del Departamento de Docencia e Investigación del Hospital Borda y presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP) agregó que durante la pandemia las personas con deterioro cognitivo empeoraron porque “perdieron mucho de su actividad cotidiana, sobre todo los vínculos sociales y la actividad física. De hecho, uno de los grupos más vulnerables, además de los chicos fueron los adultos mayores, que tuvieron menos posibilidad de recuperarse por tener menos flexibilidad cognitiva justamente”.

Los cambios psicológicos también influyen en los trastornos cognitivos, ya que sufrir estrés o depresión desgasta las neuronas y comporta pérdidas de memoria.

Principales síntomas

Los trastornos cognitivos suelen empezar a manifestarse con dificultades de atención, concentración y orientación. Cuando el trastorno avanza, también se da una desestructuración del pensamiento y de la percepción.

Estos problemas afectan la calidad de vida de la persona, dificultan la realización de sus tareas diarias normales, como ir de compras, cocinar y administrar el dinero. También pueden tener problemas para comportarse adecuadamente. Los síntomas empeoran a medida que pasa el tiempo. Y las primeras señales son:

- Olvidar las cosas que acaban de suceder

- No recordar donde están las cosas

- Tener problemas para encontrar la palabra correcta y comprender lo que otros dicen

- Tener más problemas de lo normal con los números y operaciones matemáticas simples

- Perderse al manejar el auto en lugares conocidos

- Estar más sensible, por ejemplo, pasar rápidamente de la felicidad a la tristeza

Síntomas de la etapa intermedia: Perderse en el propio hogar, por ejemplo para encontrar el baño o el dormitorio, no reconocer personas y objetos familiares, confundirse con facilidad o ser incapaz de asimilar información nueva o seguir instrucciones simples, no manejar con seguridad, necesitar ayuda para bañarse, vestirse y comer, no entender una conversación normal, hacer cosas inusuales, como gritar, desvestirse en público, golpear y repetir preguntas. Otras señales son tener dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido Los cambios en la personalidad son más notables. Las personas con demencia pueden mostrarse temerosas y desconfiadas. Algunas se muestran irritables y hostiles. Otras se vuelven introvertidas y deprimidas.

Los síntomas en estadios avanzados son pérdida completa de la memoria de acontecimientos recientes y pasados, incapacidad para comprender una conversación, no reconocer a familiares cercanos o no reconocer la propia cara en el espejo, no poder caminar, alimentarse ni realizar otra tarea cotidiana. En la demencia tardía, la persona pierde casi toda la funcionalidad cerebral. No pueden levantarse de la cama o incluso moverse. Al cabo del tiempo, ni siquiera pueden tragar alimentos que se colocan en su boca.

Cómo se diagnostican

Los especialistas de la Clínica Mayo de EEUU señalan que diagnosticar la demencia y su tipo puede ser difícil. Para diagnosticar la causa de la demencia, el médico debe reconocer el patrón de pérdida de habilidades y funciones, y determinar qué es lo que una persona todavía es capaz de hacer. Recientemente, se cuenta con biomarcadores para hacer un diagnóstico más preciso de la enfermedad de Alzheimer.

¿En qué consiste el tratamiento?

Es importante hacer un diagnóstico precoz de estas patologías, con la finalidad de iniciar el tratamiento más adecuado cuanto antes y evitar los deterioros posteriores. El tratamiento que se aplica es la estimulación cognitiva, seguir una dieta saludable y hacer ejercicio físico de forma frecuente. Los terapeutas ocupacionales y los fisioterapeutas pueden evaluar el hogar para determinar su seguridad. Los objetivos son prevenir accidentes (particularmente caídas), manejo de los trastornos de conducta y cambios en el plan a medida que avanza la enfermedad.

Entre las medidas que se llevan a cabo con el paciente se encuentran:

- Provisión de estimulación apropiada, actividades e indicios para la orientación

- Eliminación de los fármacos con efectos sedantes o anticolinérgicos

- Medidas para garantizar la seguridad

- Asistencia para los cuidadores

- Disposiciones para los cuidados del final de la vida

“Es fundamental tener un paciente proactivo, si queremos mejorarlo en su esfera cognitiva”, dijo el doctor Andersson y agregó: “Están apareciendo una serie de tratamientos mucho más sofisticados que apuntan al mecanismo de acción de la enfermedad y cuando se trata de Alzheimer ya hay nuevas opciones que fueron autorizadas en EEUU”.

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