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Pareja: la generosidad en la cama refleja inseguridad

Recientes estudios revelaron que aquellos que escogen el altruismo y la generosidad sexual son personas completamente inseguras.

Este problema, al parecer, es netamente masculino. Según informes de los sexólogos más reconocidos de Europa, los hombres suelen mantener con constancia en la mente la idea de su hombría ligada a la virilidad y la satisfacción sexual que pueden producirle al sexo opuesto, tengan o no pareja.

Motivados por las recurrentes preguntas masculinas en torno al tamaño del pene; la duración correcta de una relación sexual; consultados por los puntos sensibles y erógenos de las mujeres y cientos de otras preguntas siempre orientadas a carencia de autoestima e inseguridades propias de los hombres; diversos expertos decidieron emprender seriamente estas preocupaciones y englobarlas en un estudio que devele el origen de estas cuestiones.

Como primer dato y para sorpresa de muchos, se descubrió que la mayoría de los hombres se preocupan en exceso por el placer femenino en el coito y poco por el propio.

Si bien, se sabe que el género masculino es más “práctico” a la hora de alcanzar el orgasmo, las exigencias femeninas parecen haberlo sobrepasado y hacerlo dejar a un costado su propio goce para dedicarse al completo esfuerzo por la satisfacción de las chicas.

Ésta filantropía varonil, sin embargo, puede esconder severos problemas de disfunciones sexuales. Los estudios afirman que para conseguir solapar estas problemáticas es que muchos hombres deciden trabajar en exceso por la satisfacción de su compañera y así no quedar “en evidencia”.

Asimismo, esta tendencia de los varones se encuentra directamente ligada a la falta de seguridad en sí mismos y en el vínculo (tal vez infundados) que los conduce a un profundo temor a ser abandonados.

En general, estas personas son sencillas de identificar ya que suelen ser totalmente activas durante el coito y no cesan su “trabajo” hasta conseguir un completo dominio del acto y que su pareja se entregue hasta que le permita encontrar sus zonas erógenas; quedándose así con la tranquilidad de que el otro queda contento y complacido en plenitud una vez culminado el sexo.

Lo cierto es que, y más allá de las conclusiones que se pueden desprender de las palabras de los expertos, el altruismo sexual puede ser una clara enfermedad psico-sexual en permanente incremento de adeptos.