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Las reveladoras entrevistas a Mauricio Macri para un libro en las que habló de todo

En una serie de conversaciones con una periodista, el presidente expuso su pensamiento sobre polémicos temas.

"Macri. Historia íntima y secreta de la élite argentina que llegó al poder", de la periodista Laura Di Marco, es el libro de reciente lanzamiento que muestra a un Mauricio Macri inusual: corriéndose del discurso oficial diseñado por Durán Barba.

Es que, en las entrevistas que sirvieron de base al libro, el presidente expuso su pensamiento sobre la política, su familia y sus negocios de modo inédito.


Cristina Kirchner, Elisa Lilita Carrió, Ricardo Lorenzetti, Sergio Massa, Marcos Peña, Nicolás Caputo y Gustavo Arribas, entre otros, caen bajo la mirada impiadosa del presidente, que traza unos retratos descarnados de familiares, amigos, socios políticos y enemigos. A continuación, una serie de fragmentos publicados por el portal Infobae.


Sobre la diputada Elisa Carrió y sus denuncias al presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti


-Hay denuncias que Lilita hace que no ayudan en nada a la gobernabilidad. Por ejemplo, alguna vez ha dicho que en abril o mayo [de 2016] iba a haber un intento de golpe. Y no pasó nada. Entonces, le pregunto: "¿Te pusiste a pensar en qué afectás vos la gobernabilidad, cada vez que atacás, por ejemplo, al presidente de la Corte?". Porque no es normal que una líder de la coalición de gobierno ataque al presidente de la Corte... No pasa en Uruguay, no pasa en Paraguay, no pasa en Chile, en Estados Unidos. Encima, cuando todo el gobierno le dice: "No avalamos lo que vos decís". O sea, es bastante particular. Entonces, cuando hace denuncias sin fundamento, se devalúa ella. Porque ni mi primo está con el narco, ni a Lorenzetti se le ha podido demostrar nada de las denuncias que ha hecho. Y, como se lo he dicho a ella, son cosas que contribuyen en nada a generar institucionalidad, ni a darle valor a la palabra.

(...)

-Yo estoy tranquilo, voy a seguir trabajando con el presidente de la Corte, porque Lorenzetti está trabajando en línea para mejorar la institucionalidad.

(...)

-Pero si en alguno de esos cortocircuitos, Carrió abandonara la coalición, ¿sería un gran problema para su gobierno?

-Si se fuera Lilita, no sería un problema: sería una gran tristeza.



Sobre Cristina Kirchner, durante el conflicto por el traspaso de mando

-Pero, Presidenta, a ver si entendemos una cosa. ¿De quién es la celebración del día 10 de diciembre? ¿Suya o mía?

Por primera vez Cristina hizo una pausa.

-Tuya -concedió.

-Mía... bien. Entonces ¿por qué no me la deja hacer como yo creo que corresponde? Yo la voy a recibir con toda la educación del mundo en el Salón Blanco. Usted me da los atributos, la acompaño por la escalera, se va y yo arranco un almuerzo con mis invitados. Es lo lógico, si es mi...
Cristina no lo dejó terminar la frase y estalló:

-¡Sí! ¡Es tu fiestita con tus amigos de Barrio Parque! ¡Pero no tenés idea de lo que decís! -volvió a desequilibrarse.

A esta altura, nervioso, él se la devolvió en el mismo tono.

-Pero, señora, escúcheme, ya le dije que... -le respondió, casi gritando.

-¡Me estás gritando! -aprovechó ella.

-Usted está hablando hace media hora, y no me escucha una sola razón, entonces no entiendo...
-¡Yo no puedo creer que me faltes el respeto de esta manera! ¡Que maltrates a una mujer de esa manera! -reprochó Cristina y le cortó dejándolo con la palabra en la boca.


Sobre el líder del Frente Renovador Sergio Massa



-Prefiero el Massa que aprueba las leyes al que declara. Porque tiene distintas actitudes. Uno apoya las leyes, tiene un compromiso con una transformación profunda de la Argentina. El que declara, va más por el lado del oportunismo, de proponer desde las soluciones mágicas. Cero aumento de todo, bajemos la inflación y además démosle a todo el mundo todo. ¿Y de dónde lo sacamos? Ese oportunismo no está bueno. ¿Si confío en él?... Vamos paso a paso.


Sobre el jefe de Gabinete, Marcos Peña


-Marcos para mí ha sido siempre el elemento central -define el Presidente-. Y cuando todo el mundo entra a dudar, yo digo que el tipo más especialista es Marcos. Es el tipo más importante. El cerebro que ha tenido Pro y el que puede hacerse cargo de contener a todos los que, presionados por el círculo rojo, enseguida quieren hacer lo que el círculo rojo pretende... Y él siempre dice: "Nuestra línea es esta". El tipo se sostiene, ¿entendés? Marcos es la persona que más veces me hace cambiar de opinión.

-¿Por qué?

-He demostrado que soy un tipo que escucho a todos y que no me molesta cambiar de opinión. Pero Marcos es mi máximo verdugo, porque más de la mitad de las cosas que pienso, cuando lo escucho a él, las cambio. "Hay que hacer esto", dice él. Y yo, enojado, digo: "¡No!". Pero después, lo escucho y pienso: "Tiene razón". Desde el sentido común, llego a la conclusión de que es más inteligente lo que él dice, que lo que yo digo. Tan simple como eso.


Sobre el empresario y amigo Nicolás "Nicky" Caputo



-Es el cofundador del Pro conmigo, pero desde que ganamos está viviendo en Estados Unidos y se desenganchó del día a día. Es la persona más importante en la creación de este proyecto, que viene acompañándome desde el principio. Que se ocupó del armado de equipos, del fundraising [la recaudación de fondos], la logística. Me dio consejos, me ayudó a pensar. Administró y contuvo mucho de los líos que teníamos en la conducción del partido. Además, tiene la ventaja de que él no quiere ningún cargo político. Entonces, era un caso bastante inédito para muchos, que sentían que podían hablar conmigo hablando con él. Tenían con quien reflexionar, sin estar compitiendo. Sin Nicolás, seguramente el Pro no hubiera crecido como lo hizo. Pero una vez que llegamos al gobierno, me dijo: "Bueno, ya ganaste, ahora yo quiero volver a lo mío, quiero seguir mi actividad privada", que existe hace setenta años por su padre, y existirá cien años más. Entonces, ahí le propuse venir cada quince días a una reunión de reflexión para que nos dé su visión. Y eso es lo que hace. Los dos concluimos en que empezaba una nueva etapa. Y a la vez, te digo, desengancharse del día a día resultó algo bueno para él porque este comienzo del cambio en la Argentina, es como una película de terror.


Sobre Gustavo Arribas, titular de la Agencia Federal de Inteligencia


-¿Por qué lo ubicó a su amigo Arribas al frente de la AFI? ¿Cuál era su experiencia en el terreno de la inteligencia?

-Nula, nula. Pero, yo pregunto, ¿qué experiencia tenían todos los otros Señores 5 que lo antecedieron?

-¿Cuál fue el motivo de la selección, entonces? ¿La confianza?

-Sí, es eso. Yo pensé: de todos mis amigos, ¿cuál era el más vivo, el más desconfiado, el más acostumbrado a toda esta cosa de las trampas? Justo uno que se había hecho de una buena posición económica en el fútbol; uno que arrancó de una posición humilde en la vida... me pareció que resumía todas esas cualidades.

-Un hombre con calle, dice usted.

-Bueno, es abogado y escribano, pero arrancó de una familia de clase media baja. Entonces, es un tipo que tiene una vida de mucha riqueza, en términos de evolución, de conocimiento, de mucha calle. Lo conozco, la confianza viene de que yo juego al fútbol con él desde los 18 años. Jugamos juntos en el mismo equipo durante veinticinco años. Él era el 9 y yo era el 10. Encima nos puteábamos todos los partidos: él era un gran jugador, yo un mediocre, pero yo lo puteaba igual. Hay una enorme confianza. Y, tal vez, te aseguro, sea uno de los mejores nombramientos que he hecho. La evolución, el conocimiento que tiene en la materia en estos meses, no creo que lo haya tenido ninguno de los que estuvo en ese cargo, al final de su trabajo. Así que estoy muy contento.

(...)

-¿Y por qué asegura que Arribas es una de las mejores designaciones que hizo?

-Porque lo veo en las reuniones que voy teniendo de seguimiento; observo que está muy metido en la materia. Entabló una relación espectacular con todos los servicios de inteligencia del mundo, de enorme respeto. Americanos, franceses, españoles, italianos, latinoamericanos. Este es un trabajo de redes, por eso el aislamiento de la Argentina fue muy perjudicial para país. El Negro se lleva muy bien con todos: los informes que me llegan de otros lados, de la Secretaría de Estado americana, de España, todos, están muy contentos con la contraparte. Y sobre todo, está trabajando en esquemas de capacitación de jóvenes para que verdaderamente tengan el expertise.


Sobre la familia Macri

-Mi familia es algo que vino en el combo. Y yo soy yo. Yo respondo por mi familia chica; es decir, por mi mujer y mis hijos. No puedo responder por mi hermana [N. de R.: Florencia Macri, internada el año pasado en un neuropsiquiátrico]. Lamento mucho lo que le pasa y no pierdo la esperanza de que, algún día, resuelva sus problemas...

-Pero ¿tiene relación con ella?

-Poca, muy poca...


Sobre los Panamá Papers


-Los Panamá Papers conectaron a los Macri con la trama de corrupción de la Argentina...

-Un disparate. Me quieren equiparar con la corrupción del kirchnerismo. Pero lo que más me preocupa es la flaqueza de los propios, los que están con nosotros desde lo político: "No, flaco, pará, no te acepto, no ha lugar".

-No le entiendo. ¿Quiénes serían los propios?

-Los periodistas que comparten nuestros puntos vista desde lo político. Cuando empiezan: "Está muy mal lo de Macri, porque tendrá que comprobar por qué era accionista y tenía una cuenta offshore". Y yo te digo: "¿Vos leíste lo que escribió Alconada? ¡No pueden decir eso, muchachos!". Panamá contestó que yo fui director seis meses. Y en mi vida, ¿qué demonios tengo que dar explicaciones de por qué fui director seis meses, veinte años atrás? ¡Es ridículo! ¿De qué estamos hablando? Yo tenía una vida, fui empresario y las offshore existen. Las tienen Clarín, La Nación, YPF. Cuando se mezcla todo... ¡qué paciencia hay que tener! Encima con este [Federico] Delgado, que todo el tiempo anda haciendo anuncios que...

-Se lo nota enojado con el periodismo, ¿esperaba más apoyo de la prensa?

-No, esa parte la entiendo. Pero me enoja Delgado. Me enoja porque yo quiero que la Justicia investigue al presidente, para que se demuestre que no hay nadie con privilegios. Pero el fiscal tiene que ser respetuoso. No puede decir, como ha dicho: "Se me escapó la tortuga". Pasamos de tenerle pánico a la señora a decir cualquier barbaridad. ¡Eso me enoja!