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Las "cirugías mediúmnicas" de João de Deus (I)

Un famoso médium brasileño convoca a miles de personas y afirman que cura el cáncer, parálisis, cegueras y una gran variedad de enfermedades.

Ya hemos visto que João Texeira de Faria, conocido popularmente como "João de Deus" o "John of God" (Juan de Dios), es un controvertido curandero brasileño que donde pisa levanta polvareda. Es frecuente que genere polémica puesto que se caracteriza por un tipo de intervenciones, denominadas "cirugías visibles", en las cuales realiza -sin asepsia ni anestesia- pequeñas incisiones en la piel, raspados oculares, extracción de muelas y la frecuente introducción de tijeras o pinzas en las fosas nasales de los pacientes.

¿Quién es João de Deus?

No es más que un gran charlatán que ha montado un lucrativo negocio en torno a su práctica ilegal de la medicina y que, impunemente, se aprovecha de la desesperación de la gente.

João Texeira de Faria nació el 24 de junio de 1942, abandonó la escuela primaria en segundo grado y, según cuenta la leyenda, a los 16 años habría tenido una visión de Santa Rita de Casia que le cambió la vida. La santa católica le habría dado instrucciones de dirigirse a un centro espiritista donde la gente lo estaría esperando. Siguió la consigna y, cuando llegó al templo, se cumplió lo anunciado. Ni bien entró perdió el conocimiento y, después de unas horas, cuando despertó uno de los miembros directivos de la comunidad le dijo que no había sido un simple desmayo y que, durante ese período, había incorporado el espíritu del Rey Salomón y que estuvo curando personas y realizando cirugías sorprendentes.

Esta es parte de la historia fantástica que cuentan sus promotores y que habría sido el puntapié inicial para que João continuara incorporando espíritus con diferentes habilidades técnicas de vidas anteriores. A la fecha supera las treinta entidades espirituales y por su mediumnidad "diagnostica, ofrece protocolos de tratamiento, confiere sedación y opera, prescribe terapias alternativas específicas y a veces ofrece pronósticos".

También sostienen que mientras la "Entidad" incorporada por João atiende la consulta de las personas que estuvieron haciendo fila durante horas, "otras entidades no incorporadas, simultáneamente proveen curaciones en el grupo reunido. De esta manera, la curación de entidades se extiende a miles de personas al día". No dejan de destacar la muletilla del curandero, "No soy yo, sino Dios el que cura", y que "ni João ni la Entidad cobran por los servicios prestados". Tanta generosidad, que no es tal, la veremos más adelante.

"Adianchi, Adianchi"

Así como el popular personaje de Alberto Olmedo, "El Manosanta", con su improvisado "portuñol" invitaba a ingresar a su guarida, el manosanta João dispone de la propia: "La Casa de Dom Inácio de Loyola", en Abadiâna, municipio brasileño del estado de Goiás.


Tres veces por semana, cientos de personas provenientes de todas partes del mundo se dan cita en este lugar que lleva el nombre del "patrón espiritual", San Ignacio de Loyola, y cuyo espíritu sería uno de los tantos que incorpora el médium para atenderlos. Los peregrinos extranjeros, que son mayoría, viajan principalmente desde Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, España, Portugal, Grecia, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, en busca de los milagros del médium.

Si bien João ejerce su actividad en esta "clínica" desde hace más de tres décadas, en el transcurso de los últimos años la afluencia de pacientes extranjeros se incrementó notablemente merced a la gran publicidad desplegada en sitios de Internet vinculados a sus prácticas.

La publicidad alcanzada a través de la prensa escrita y programas televisivos locales fueron de gran ayuda para promocionarlo en el exterior. Salvo raras excepciones, la mayoría era totalmente condescendiente con el curandero. Con igual complacencia, de inmediato se sumaron otros medios importantes del extranjero, pero uno en especial sirvió de trampolín definitivo para que João acapare la atención de miles de potenciales clientes.

El gran impulso de Oprah Winfrey

A fines de 2010, Susan Casey, Jefa de Redacción de la publicación "'O' The Oprah Magazine", escribió un extenso artículo titulado "Leap of Faith: Meet John of God" (Salto de Fe: Encuentro con Juan de Dios). La periodista detalló su viaje a Brasil y la mejoría -en la prolongada aflicción por la muerte de su padre- que le provocó su encuentro con João. Esa nota, obviamente, fue el aperitivo para el gran menú que vendría después. Casey fue entrevistada por Oprah en su programa "The Oprah Winfrey Show" y, pocos años después, la propia conductora se trasladó hasta Abadiâna para conocer al milagrero en persona.


Esta gran movida periodística y totalmente reverente con João, fue la mejor promoción que un charlatán podría esperar. La gran fama de Oprah, líder en el rating de la TV estadounidense, ayudó notablemente para que el nombre "John of God" no sólo se instalara en la crédula sociedad norteamericana sino también se diseminara rápidamente por todo el mundo.


Curanderismo S.A.

Existe un viejo mito acerca de personajes como João que destacan la gratuidad de sus servicios. Es más, muchos medios periodísticos se hacen eco de esta falsa afirmación sin tomarse el trabajo de investigar cómo ingresa -subrepticia o paralelamente- gran cantidad de dinero con la actividad del curandero.

Tomando en cuenta la cronología de datos que brindan los propios promotores, no sería extraño que João y sus socios se hayan inspirado en un gran maestro de este 'engañapichanga'. Me refiero al legendario curandero brasileño José Pedro de Freitas, alias "Zé Arigó", muy famoso por sus "cirugías espirituales" en la década del ´60.

Arigó fue un médium que decía incorporar el espíritu de un tal "Dr. Fritz" y -con tijeras, navaja o cuchillo de cocina en mano- bajo su guía realizaba "intervenciones quirúrgicas" en su "Centro Espírita Jesús Nazareno", en Conghonas do Campo, estado de Minas Gerais.


En dos oportunidades estuvo preso por ejercicio ilegal de la medicina y, en 1971, murió en un accidente automovilístico. Al igual que João, decían que su atención era sin costo alguno. Pero claro, lo que no se cobraba por la consulta, ingresaba por otras vías.


Destapando la olla

Cuando murió Arigó, comenzaron a revelarse algunos de los negocios turbios. "Los motivos para lamentar parecen ser muchos y de varios motivos. Raimundo Santos, gerente del Banco Mercantil, una de las tres agencias bancarias de la ciudad, se preocupaba por la economía local, que sentiría la falta de turistas en los hoteles, restaurantes y farmacias, donde las recetas, casi siempre una mezcla ilógica de vitaminas, antibióticos, remedios digestivos y hepáticos (según los escépticos tenían principalmente el poder de sugestión), muy raras veces bajaban de los 300 cruzeiros. [...] El principal hotel de la ciudad, donde se pagaba de 25 a 35 cruzeiros diarios por un razonable confort, era explotado por su hermano Válter. Las acusaciones no eran nuevas, pero tienen repercusión porque, por primera vez, eran hechas públicamente por espiritistas. [...] Un rastreo de los bienes materiales de Arigó revela realmente una abundancia desaconsejable para un profeta" [Veja, Edicão 124, 20/01/1971, p. 25].

Del mismo modo, también se supo que las principales farmacias de la ciudad, Farmácia São José y Farmácia Brasília, pertenecían a su hermana y otro familiar respectivamente. Este dato no es menor si se tiene en cuenta que Arigó era más rápido para disparar recetas que para operar. Sus propios defensores lo admitían: "El Zé recetaba drogas en dosis inusuales. [...] Diagnóstico y medicación eran prácticamente simultáneos. La sola vista del paciente le bastaba para recetar. El periodista brasileño Herculano Pires, comprobó que el médium recetaba a razón de más de una por minuto -setenta por hora aproximadamente." [Siqueira, P. Zé Arigó: Vida y Muerte. Fontefrida Editora, Bs. As., 1971, pp. 53-54].

Su hermano Paulo era el dueño del diario local "O Profeta" y otra de las hermanas tenía una tienda de souvenirs bien montada [O Globo, 19/01/71, p. 3]. O sea, un exitoso emprendimiento familiar que dejó una abultada herencia a disputarse: "Tan misteriosa como las curaciones que le fueron atribuidas, es la fortuna del médium Zé Arigó, estimada en 2 millones de cruzeiros, después de la apertura del inventario en el Foro de Congonhas do Campo, la semana pasada, que ya está causando una creciente y posiblemente reveladora discusión." [Veja, Edicão 134, 31/03/1971, p. 26].


Estas estrategias comerciales que manejó muy bien el pionero Arigó & Co., fueron una especie de "manual instructivo" de cómo enriquecerse con el ejercicio ilegal de la medicina. Todos los curanderos masivos siguen esta guía y con resultados satisfactorios. Con buen criterio ya lo señalaba el Pde. González Quevedo, archienemigo del 'Trust Arigó' como solía denominarlo: "Los grandes curanderos y sus propagandistas están vinculados a una enorme red de hoteles, agencias de viajes, laboratorios, farmacias, representantes... a los que exigen porcentajes de sus ganancias. No es necesario (ni muchas veces conveniente), cobrar directamente de los pacientes..." [González Quevedo, O. Los Curanderos. Ed. Sal Terrae, Santander, 1977, p. 11].

Ni bien murió Arigó, muchos curanderos brasileños quisieron apropiarse de su espíritu guía, el "Dr. Fritz", y salieron a la palestra como presuntos herederos espirituales y con prácticas similares. Los hermanos Oscar y Edivaldo Wilde, Luis Murcio Ambrosio, Salete Bezerra de Oliveira, Luis Gonzaga Ferreira, Edson Queiroz, Rubens Farias Jr., Mauricio Magalhães, fueron algunos de los tantos que ingresaron al gran negocio.


A quien madruga, Deus lo ayuda

Mientras estos curanderos se disputaban al "Dr. Fritz", João de Deus los madrugó a todos con la incorporación de más de 30 espíritus desencarnados. Así inició su vertiginosa carrera e inauguró su "Casa de Dom Inácio" en 1976 y a sólo cinco años de la muerte del "gran maestro" Arigó. Al margen de esta superadora mediumnidad, el negocio es muy similar y con mejores posibilidades si consideramos las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación.


En la segunda parte, y antes de entrar de lleno en las cirugías, veremos con más detalles el gran shopping espiritual que armó João.