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Las cesáreas están teniendo un impacto en la evolución humana

Así lo sostiene un estudio de la Universidad de Viena, que constata un incremento de entre el 1% y el 20% en el número de cesáreas desde los sesenta.

El uso frecuente de cesáreas está teniendo un impacto en la evolución humana, más concretamente en el modo en el que nacemos, según una investigación de la Universidad de Viena publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los investigadores estiman que en los años sesenta el ratio de recién nacidos que no pudieron nacer mediante un parto vaginal era del 3%, 30 de cada mil nacimientos. Ese ratio se ha ido incrementando y ahora oscila entre el 3,3% y el 3,6%, lo que supone un incremento de entre el 10% y el 20%.

En la investigación, el doctor Philipp Mitteroecker, del departamento de biología teórica, apunta a que muchos de esos casos se hubieran saldado en la muerte de madre e hijo en el parto, por lo que esos genes no se habrían transmitido. En concreto, en el estudio hablan de la desproporción fetopélvica, que se refiere a cuando el niño no cabe a través del canal del parto. "Sin las intervenciones médicas modernas, problemas así serían letales. Las mujeres con pelvis estrechas no habrían sobrevivido a los nacimientos hace cien años. Ahora lo hacen y pasan sus genes a sus hijas".

El doctor Mittenroecker aclara que su intención"no es criticar la intervención médica" que salva vidas, simpemente recogen "que tiene un efecto evolutivo".

Eso se traduce en que el número de nacimientos por cesáreas seguirá incrementándose, aunque los investigadores no creen que lleguen a superar en ningún caso los nacimientos convencionales.

La cabeza de los recién nacidos humanos es grande, comparada con otros primates cuyos partos son mucho más sencillos. Durante muchos años ha sido un debate evolutivo el porque la pelvis humana no se ha incrementado a lo largo de los años. Los investigadores han desarrollado un modelo matemático empleando los datos de la Organización Mundial de la Salud y otros estudios que recogen gran número de nacimientos y han planteado que hay dos fuerzas opuestas que impiden este cambio.

Una es una tendencia a tener niños más grandes y saludables. No obstante, si son demasiado grandes, pueden morir en el parto, lo que históricamente ha hecho que esos genes no pasen a otras generaciones.

"A un lado está esta fuerza selectiva, llamémosla la tendencia a tener niños más pequeñas, que se ha desvanecido por las cesáreas", explica el doctor Mitteroecke. Es decir, que con las cesáreas también se potencia el nacimiento de niños muy grandes.

Fuente: 20minutos.es