DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

La nueva patinada de Timerman

*Por Ricardo Roa. Démosle la derecha: Timerman a veces hace o dice cosas contra su voluntad. Sólo porque se las ordenan.

El problema es que siempre sobreactúa. Y lo que no puede sino salir mal, sale peor.

Está lleno de estas historias. Por ejemplo, cuando lo mandaron a poner la cara en el decomiso del avión norteamericano, que había venido con militares a entrenar policías por pedido del mismo Gobierno. Y, alicate en mano, se puso a abrir valijas como un inspector aduanero.

Teatralización antiimperialista que terminó en papelón : debieron devolver todo y, encima, sin poder evitar que se supiera.

Esta vez lo han puesto a trabar una investigación de la Justicia suiza que salpica a Moyano. Y armó otro zafarrancho: lo puenteó groseramente a Oyarbide , un juez al que nadie puede llamar enemigo del Gobierno, y convirtió en escándalo un trámite menor que pudo haber manejado sin sobresaltos. De nuevo fue una víctima de su propio exceso de obediencia.

Todo el embrollo comenzó en febrero, cuando en Suiza embargaron una cuenta del dueño de Covelia, una empresa dedicada a la recolección de residuos. Ninguna mano negra: Ricardo Depresbiteris simplemente no podía justificar la plata en juego y eso levantó sospechas de lavado de dinero.

Depresbiteris es otro milagro de enriquecimiento súbito en la era K y hace tiempo dejó de ser un secreto a voces su relación con el jefe de la CGT.

La Justicia suiza solicitó a la de Argentina informes sobre esa conexión. El exhorto llegó a mediados de marzo a la Cancillería y pasó enseguida a Oyarbide.

Timerman ni se enteró . La noticia saltó por los diarios y Moyano vio una conspiración del Gobierno. Lanzó un paro general que le pegaba directo a Cristina, lo tranquilizaron y levantó la huelga.

Esta película lleva casi 5 meses. Y en el último capítulo, Timerman desestimó una respuesta suiza a Oyarbide sin consultarlo. Se supo porque el mismo juez le preguntó si tenía novedades.
Timerman se las agarró con Clarín . Pero lo cierto es que, por cosas como ésta, el canciller patina todo el tiempo.