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La ejecución en Vicente López y un hijo malo

Hace un par de semanas les conté los inicios de la investigación por el doble crimen en Vicente López. En principio, la Justicia apuntó y detuvo a la empleada doméstica, quien no pudo explicar algunas cosas. Algo me llamo la atención, los vecinos del matrimonio asesinado, clamaban y reclamaban por la inocencia de la empleada, y no se equivocaron.


El miércoles, y luego de analizar cientos de horas de filmaciones de las cámaras de seguridad, se ordenó la detención de un hijo del matrimonio salvajemente ejecutado, Martin Santiago Del Rio, de 47 años, de profesión empresario y muy mal mentiroso. El jueves declaró por más de cinco horas frente a los fiscales. Habló de todo, contestó preguntas y mintió mucho, según la justicia. Al momento de declarar se encargó de cuestionar la ética comercial del padre, y no conforme con semejante cuestión, contó que juntos, habían ideado una maniobra para estafar a su madre. Si esto fue así, nunca se sabrá si es cierto.

La escena del crimen hizo sospechar a los investigadores y una fuente policial afectada a la investigación dejó trascender que dejaron caminar al hijo detenido pero, en definitiva, las sospechas recaían sobre él. El asesino era conocido, entró con una llave y se llevó las filmaciones de las cámaras de la casa. Las cámaras de fincas vecinas, muestran que a la casa del crimen ingresó el hombre que estuvo en el lugar, en el lapso de tiempo que va desde las 17.33 y las 18.36, horario que se sospecha fue la hora de la muerte de las víctimas. El hombre que salió de la casa presenta una renguera similar a la que tiene el hijo y cuando llega caminando a la esquina de la Av. Del Libertador y Richieri, se sube a una camioneta igual a la del hijo del matrimonio ultimado. 

Los investigadores entienden que la cuestión económica fue el detonante para el crimen.   Se comprobó que el hijo les mintió a los padres en relación a la compra de un piso en el edificio Chateau Libertador. En su declaración contó que con su padre idearon un plan para engañar a la madre con la compra del departamento. Como todo mentiroso, se olvidó que el teléfono habla. Analizado el celular, se comprobó que tanto el padre como la madre creían que irían a vivir al lujoso piso de la Ciudad de Buenos Aires. Otra versión que introdujo el hijo, y se comprobó que era falsa, dijo que la casa familiar seria alquilada. una vez desocupada, a la Embajada de Tailandia, no existió contacto alguno entre el hijo y algún funcionario de la delegación de ese país.

Otro punto de declaración, fue que les dijo a sus padres que el día del asesinato una unidad de traslado, de la mudadora Verga Hermanos, iría a buscar los enseres personales y muebles del matrimonio para llevarlos al departamento de Capital Federal. La fiscalía se contactó con a la empresa transportadora y jamás hubo contacto con la familia.

Para que no queden dudas, se ordenó un allanamiento en un departamento, que el hijo alquilaba en el edificio Forum de la Av. Figueroa Alcorta, lugar por el que se sabe que pasó luego de asesinar a sus padres. Allí se encontró un buzo azul igual al usado el día del hecho, una Ferrari que Del Rio había ganado en un reciente juicio, una pistola Glock 9 mm y documentación de otra arma del mismo calibre, marca Bersa que no fue hallada en el lugar, y de calibre similar al usado en el asesinato. 

Antes de terminar su declaración, le mostraron las imágenes que lo muestran escapando del lugar, y como era de esperar, negó ser él.   A modo de remate, trató de embarrar a su padre diciendo, "Tenemos tanto patrimonio familiar, que mi padre, nunca quiso blanquearlo. Como padre un amor, pero como comerciante, muy complicado". ¡Lindo hijo! Con estas contradicciones, difícilmente escape de una condena de Prisión Perpetua. 

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