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La educación en línea como solución en épocas de cuarentena

De la necesidad de incorporar la tecnología a las aulas se habla desde hace tiempo.

Escuela Online
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Desde antes que el COVID-19 nos condujera a una de las mayores crisis que desafían el mundo moderno, la educación ya enfrentaba numerosos retos. Infraestructura, conectividad, equidad y justicia educativa, han sido algunas de las deudas que el sistema educativo intenta resolver, frente a un escenario donde el 65% de los empleos en los que trabajarán las nuevas generaciones, deberán ser creados por ellos mismos. Todo esto mientras conviven escuelas del siglo XIX, con docentes del siglo anterior, para alumnos inmersos en una cultura predominantemente personalizada.

Detrás de ésta difícil coyuntura, quisiera destacar que la palabra crisis en Oriente está formada por dos caracteres. El primero significa peligro y el segundo oportunidad. La emergencia sanitaria devenida en urgencia educativa, exige ante este problema exponencial, establecer una solución de la misma magnitud.

Una situación de semejante impacto como la que estamos atravesando, nos convoca a demostrar cuán humanos y sociales somos, uniéndonos para afrontar los aspectos negativos, de modo que como en el Aikido, usemos la fuerza de este oponente para afrontar el desafío de acortar la brecha digital y escolar que nuestro país padece desde hace años.

De la necesidad de incorporar la tecnología a las aulas se habla desde hace tiempo. En ese sentido, muchas discusiones versan sobre cuál será el rol de los educadores ante el avance de nuevos dispositivos y hábitos digitales; las inquietudes son varias pero algunas de las más debatidas son si se propone reemplazar a los docentes, o bien si se trata de un artilugio para trivializar la educación, con el fin de entretener a los estudiantes para que no se aburran.

Podemos afirmar que la pandemia aceleró los procesos que se vienen dando lentamente en el sistema educativo; no podemos enseñar ni aprender las habilidades del futuro bajo el modelo de enseñanza tradicional. El cambio es la única constante en la nueva Sociedad del Conocimiento, y lo que antes representaban brechas, con el arribo de la tecnología de a poco han ido convirtiéndose en abismos, no solo desde lo digital, sino desde los aspectos culturales. En un panorama donde la infraestructura y la conexión presentan un nivel demasiado heterogéneo, es preciso trabajar entre todos los actores, sobre propuestas que brinden una alternativa considerando los diferentes escenarios.

Como desde hace ya más de 25 años de carrera en la Docencia, creo que se confunde la tecnología pensándola como un fin antes que como un medio, y que creemos que debemos motivar a los chicos, cuando en verdad el aprendizaje se da cuando nos emocionamos, cuando nos conectamos con ese conocimiento, y es en definitiva para lo que el cerebro vino a este mundo. Estamos constituidos para aprender, y esa capacidad de imaginación, de asombro, de curiosidad, que tenemos cuando somos niños y nos posibilita crecer, la perdemos frente a un sistema que nos exige respuestas únicas y correctas.

En la educación en línea, e-learning, habitualmente nos referimos a la "e" como electrónico. Sin embargo, lo que tenemos que destacar no es el significado referido al medio sino al fin; desde esta perspectiva la "e" nos remite al término anglosajón "enable" traducido como "facilitar". Cuando decimos educación a distancia, confundimos en qué consiste esa distancia, porque incluso en el aula, docentes y estudiantes aunque se encuentren físicamente en un mismo lugar, están en las antípodas unos de los otros. La tecnología bien aplicada nos permite tender puentes, posibilita que el docente se convierta en ese facilitador que promueva el desarrollo del potencial de ser de los chicos. Y ese, es un rol irreemplazable.

Con la educación en línea podemos complementar la sincronicidad de la clase, para reforzar el espacio educativo de forma asincrónica, promoviendo la ubicuidad del aprendizaje en el antes de la clase y en el después. Por ejemplo, un educador puede recomendar una película que le signifique a los estudiantes antes de comenzar el encuentro, para generar un debate que conecte a los chicos con ese conocimiento. O bien utilizar el contenido como un disparador de clase; incluso aprovechar las herramientas digitales para que los estudiantes puedan repasar y ejercitar lo aprendido las veces que lo deseen. De ese modo podemos enriquecer los conocimientos, las dinámicas, reconvertir la clase. Pero para eso, antes que en tecnología, debemos pensar en pedagogía, en objetivos educativos.

Considero que nosotros podemos aportar a desarrollar las habilidades que demanda la Sociedad del Conocimiento, a través del uso de herramientas en línea, porque esta crisis que nos impacta transversalmente, es a su vez una oportunidad para la innovación y una transformación educativa global que esté al alcance de todos, una auténtica forma de democratizar la educación.

Estamos ante la posibilidad única de repensar la clase, reflexionar como docentes de qué forma podemos generar un contexto enriquecido que se potencie con el medio digital. Al igual que lo es la escuela, la tecnología es un medio, y como tal, debemos reflexionar sobre qué es lo que vamos a transmitir a través de él.

Más allá de esta crisis, en el mundo las universidades más prestigiosas utilizan metodologías como la clase invertida para potenciar las dinámicas educativas. Soluciones en línea como Aprender en Casa, Khan Academy, Educatina, Aula365, Coursera, nos ayudan a aprender algo nuevo, a los tiempos de cada uno. Nuestros estudiantes ya estaban ahí, ahora es el turno que nos sumemos como docentes nosotros.

Nuestro objetivo es facilitar este proceso de cambio para las instituciones educativas, de modo que ya puedan comenzar a trabajar con soluciones pedagógicas digitales, que posibiliten un aprendizaje personalizado, autónomo y creador. Iniciativas como Aprender en Casa, buscan apoyar este cambio cultural para estar a la altura de los desafíos que demanda la nueva Sociedad del Conocimiento. Para que pasada la crisis, nos redescubramos como docentes, y esta transformación persista en pos de enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje, como un aporte concreto a la equidad educativa.

Pablo Aristizábal es emprendedor tecnológico y creador de la iniciativa Aprender en Casa, que cuenta con más de 30 mil contenidos educativos trilingües. En 2009 desarrolló la plataforma Aula 365 durante el pandemia de la gripe A N1H1, donde las nuevas tecnologías se convirtieron en un aliado estratégico ante la emergencia sanitaria.

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