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La cocina de Nisman, la escena que está en la mira de la investigación

Buscan determinar si el ADN encontrado en la taza de café es de Lagomarsino.

A casi un mes después de la muerte del fiscal Alberto Nisman, el eje de la investigación está centralizado en la cocina del fiscal, donde encontraron una taza de café con un ADN diferente al de él.

Mientras la jueza Fabiana Palmaghini ordenó identificar a quien pertenece el perfil genético, e invitó a Diego Lagomarsino a dejar sus muestras para incorporarlas al cotejo que también se realizará con los miembros de la investigación que estuvieron en la escena la noche del 18 de enero, se acumulan más detalles sobre el espacio de la Torre Le Parc que está en la mira.

La cocina fue, sin dudas, uno de los lugares más frecuentados por todos aquellos que estuvieron en el departamento 13 cuando aún Nisman estaba tirado en el baño con un tiro en la cabeza. Entraban y salían: los custodios que trabajaron ese día -que ya fueron suspendidos provisoriamente-, funcionarios judiciales y gubernamentales -como el secretario de Seguridad Sergio Berni- y familiares del fiscal. La mayoría pasó las horas ahí, a pocos centrímetros de la mesada, de las alacenas, los artefactos.

El día anterior también estuvo en esos metros cuadrados el técnico en informática que le prestó el arma a Nisman, el único imputado que tiene la causa. Lagomarsino declaró que se preparó un café tras entregarle la pistola calibre 22 y que luego se retiró. Por esto la Justicia pone énfasis en determinar si pertenece a él o no, el ADN "diferente" hallado en las últimas horas.

Ayer, por más de tres horas, estuvo en la Fiscalía de Viviana Fein la mamá de Nisman, Sara Garfunkel. También lo hizo hace días su hermana Lidia Garfunkel, la tía de Nisman. Ambas fueron de las primeras personas que entraron al departamento la noche que dieron con el letrado sin vida.

La segunda, psicóloga de profesión, desestima rotundamente la teoría del suicidio, según publicó La Nación. Fue ella también quien describió que en la heladera de Nisman había comida para muchos días y sumó a su relato el detalle de una ventana en la cocina que estaba abierta y que daba "al vacío".