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La causa de la expropiación

*Por Marcelo Zlotogwiazda. Al igual que las restricciones a la importación y a la compra de dólares, la expropiación de YPF tuvo como principal causa el deterioro...

... de los números del sector externo de la economía. No es una deducción. Lo explicó Julio De Vido muy claramente durante su exposición en el Senado: "Durante el año 2011, por primera vez en diecisiete años, algo que fue el quiebre fundamental, clave, y el detonante de esta decisión, experimentamos un saldo comercial deficitario en materia de combustibles, que alcanzó los 3.029 millones de dólares y que tendrá un crecimiento exponencial si no adoptamos medidas para revertirlo".

La expropiación puede ser una medida útil en ese sentido, siempre y cuando el Gobierno realice una gestión profesional y eficiente de la nueva YPF estatal. Pero no será suficiente para revertir el desequilibrio energético. Para eso se requiere, además, corregir una política energética que no ha dado resultados satisfactorios, y conseguir muy abundantes capitales dispuestos a invertir en apuntalar la producción y a correr el riesgo que significa la actividad exploratoria.

Pero aun si todos esos requisitos se cumplieran, la balanza comercial de energía tardará algún tiempo en salir del rojo. Para este año se estima un déficit no menor a los 5.000 millones de dólares, y es poco probable que se pueda evitar otro saldo negativo en 2013.

Todas estas intervenciones tendientes a cuidar los dólares de la economía se explican por la preocupación que generó el hecho de que, por primera vez durante el kirchnerismo, la cuenta corriente de la Balanza de Pagos, es decir la combinación de los resultados de la balanza comercial (exportaciones e importaciones) y de la balanza de servicios (fletes, regalías, utilidades, intereses de deuda, turismo, etc.), no haya terminado el 2011 con excedente. Con el agravante de que esa situación se dio en un contexto de precios internacionales muy favorables para las commodities que exporta el país, y con el real brasileño muy apreciado.

La idea de que, gracias a la estrategia de desendeudamiento que redujo la cuenta de intereses, al tipo de cambio competitivo y al boom de las commodities, la Argentina había superado su histórica restricción externa de carácter estructural, ha quedado perimida. Lo que no es un dato menor.

Pero no es el déficit energético, ni mucho menos el saldo de toda la balanza comercial, la única causa de la reaparecida estrechez externa. De hecho, aun con el agujero energético, el saldo del comercio exterior superó en 2011 los 10.000 millones de dólares, y los pronósticos para este año apuntan a no mucho menos que eso (según el Relevamiento de Expectativas del Banco Central habrá un superávit de más de 8.000 millones de dólares). Ya en el primer trimestre de 2012 el saldo positivo fue 90 por ciento más grande que el de igual período del año pasado (2.969 vs. 1.569 millones de dólares), aunque eso se debe casi enteramente a los obstáculos a la importación que aplica el supersecretario Guillermo Moreno. Esas restricciones, que han comenzado a relajarse, lograron que las compras al exterior cayeran 1 por ciento en febrero y 8 por ciento en marzo, en comparación con los mismos meses del año anterior.

Para que la reaparecida estrechez externa no se convierta en uno de los típicos estrangulamientos que caracterizaron la historia económica del país, también será necesario intervenir en varios otros rubros deficitarios en divisas. Por encima de todo, del déficit energético e incluso de los intereses de la deuda, sobresale el peso de la remisión de utilidades y dividendos, que en 2011 aumentaron hasta alcanzar los 8.556 millones de dólares; una cifra equivalente al 83 por ciento del superávit comercial, y que expone el alto grado de extranjerización del aparato productivo.

Fletes y regalías son otras dos actividades deficitarias, por sumas que en 2011 llegaron a 1.944 y 1.565 millones de dólares, respectivamente, y el saldo negativo de ambas viene creciendo.

Lo mismo viene sucediendo con Pasajes y Viajes. Pese al apreciable incremento en el turismo receptivo que hubo en 2011, el saldo conjunto de ambos rubros fue negativo en 1.190 millones de dólares, casi 500 millones más que en 2010. La salida de dólares por Pasajes y Viajes ascendió en 2011 a 7.261 millones, casi 900 millones más que en 2010.

Al respecto, el pasado jueves 12 de abril, cuando muchos esperaban el anuncio de la expropiación que finalmente se concretó el lunes siguiente, Cristina Kirchner anunció medidas para la industria frigorífica, pero al final del discurso contó que ese día le había llegado información que indicaba que en febrero fueron más los argentinos que salieron del país que los que entraron, y subrayó que en base al gasto promedio y a algún dato anecdótico (pasajeros que en aviones de Aerolíneas Argentinas preguntan dónde está el baño) se infiere que "hay gente que por primera vez vacaciona en el exterior (...) que afortunadamente una cantidad de argentinos pueden darse ese pequeño lujito que es ir a una playa, a un lugar de afuera".

Por supuesto que la posibilidad de viajar al exterior está sustentada en un cierto poder adquisitivo, y seguramente hay muchos argentinos que ahora lo pueden disfrutar porque su situación mejoró. Pero también es cierto que el aumento del turismo emisivo tiene estrecha relación con el abaratamiento del dólar.

En cuanto a esta variable clave para analizar el sector externo, hay un claro indicio de que este año el Gobierno está dispuesto a soltar un poquito el ancla cambiaria para evitar que el atraso no sea tan significativo como fue, por ejemplo, en 2011, un año en que el dólar subió menos del 8 por ciento y que tuvo una inflación mayor al 20 por ciento. El indicio es que no habiendo llegado aún a fines de abril, la cotización actual ya supera en varios centavos los 4,40 pesos que el Gobierno previó en el Presupuesto como promedio para todo el año.

La reaparecida estrechez externa se da, además, en un marco internacional que aporta un dato a favor y dos en contra. Por un lado, el precio de la soja volando alto. Por el otro, cierta desaceleración de la locomotora china y el gobierno brasileño empeñado en evitar que el real se aprecie como en años anteriores; de hecho, en las últimas semanas el Banco Central empujó la cotización del dólar un 5 por ciento hacia arriba.

En ese contexto hay que ubicar la histórica decisión de reestatizar YPF. Como bien explicó De Vido.